En un artículo que publiqué en este mismo espacio, dos días después de la victoria del NO en el plebiscito, quise resaltar lo que, en mi opinión, sucedería en los próximos meses con algunos dirigentes del país, como antesala de las elecciones presidenciales del 2018.

En aquella oportunidad, también aproveché para referirme a los 3 precandidatos presidenciales del Centro Democrático. Sobre Oscar Iván Zuluaga manifesté que, a pesar de querer repetir como candidato oficial del uribismo, postularlo sería un suicidio político para el Partido. Esto porque, a pesar de las recientes revelaciones que se han hecho sobre la infiltración a su campaña, orquestada por el Almirante Echandía desde la DNI, sigue siendo una figura con poco carisma, y por si fuera poco, arrastra consigo la imagen de político tradicional que hoy en día más que apoyo, genera rechazo.

Respecto a Carlos Holmes Trujillo, manifesté que su actitud de hombre conciliador fue importante durante la campaña del plebiscito, porque demostró que se podía hacer proselitismo a favor del NO con coherencia y respeto hacia los demás. Sin embargo, también carga con la sombra de la política tradicional que lo acompaña.

Se necesita un candidato que sepa aprovechar al máximo el triunfo obtenido en las urnas, pero apelando al diálogo constructivo, generando consensos y atrayendo más sectores afines. Es aquí donde surge el tercer precandidato, Iván Duque Márquez y a él me voy a referir a continuación.

Hace poco salieron a relucir en medios y redes sociales, varias afirmaciones acerca de él. Que Duque es un infiltrado del gobierno Santos. Que es un caballo de Troya promovido por los liberales. Que es un comunista disfrazado de uribista. Nada más alejado de la realidad. Y lo peor, es que muchas de esas afirmaciones salieron del interior del Partido.

En todos los partidos políticos hay diferencias y pugnas internas de poder. Eso es normal. Pero esa lucha intestina, de egos e intereses contrapuestos, no le hace bien al Partido.

A algunos miembros del CD, el hecho de que hayan elegido a Duque como el mejor Senador del año 2016, les parece malo. ¡Y entonces qué querían! ¿Que siempre se hablara pestes del CD y sus dirigentes, cuando lo que necesitamos es que se resalte el trabajo legislativo que se ha hecho hasta el momento? Piensan que por eso es un infiltrado del Gobierno, otro traidor igual o peor que Santos. Sobra decir que Duque cuenta con el apoyo de figuras como Alicia Arango, José Obdulio Gaviria, Alfredo Rangel y Ernesto Macías. Todos con probada lealtad al Partido y al mismo Ex – Presidente Uribe.

Les pregunto entonces, ¿Acaso les parece indigno que una destacada figura de la bancada uribista en el Senado sea reconocida con esa distinción, máxime cuando en distintos escenarios se ha resaltado la excelente labor del Centro Democrático en el Congreso, como la bancada más juiciosa? Eso es algo que a muchos nos llena de orgullo. Pero parece que a otros les causa envidia.

¿Acaso la bancada, tanto en Senado como en Cámara, no merece que se reconozcan sus logros? ¿Se sienten tan inferiores que suponen que esas distinciones no están hechas para líderes de oposición?

También lo acusaron de ser cercano a medios de comunicación afectos al régimen. Le llovieron críticas por haber aparecido en un video en el canal de YouTube de Daniel Samper. Al parecer se les olvidó que Carlos Holmes Trujillo también participó en ese mismo espacio para promover la campaña del NO y demostró que la nuestra fue una campaña transparente y educada.

Después lo tildaron de comunista y todo por promover unas ideas que han sido ajenas a la agenda pública del Partido, pero que en nada hacen suponer que sea un infiltrado de la izquierda. Lo que sucede es que Duque ha sido un parlamentario que ha tenido sus propias iniciativas legislativas y una dinámica diferente al salirse del discurso oficial hablando de otros temas. Por ejemplo, lo criticaron cuando habló de la “Economía Naranja”, que no es más que un renglón de la economía que agrupa diferentes expresiones culturales que aportan un porcentaje significativo al PIB del país.

¿Por qué no poner bajo la lupa e incluir en un plan de gobierno a sectores que han demostrado ser competitivos, y que, de paso, han generado un valor agregado en la imagen internacional del país? Pero no. La argumentación fue tan pobre y mediocre, que llegó hasta el punto de decir que, al hablar de “Economía Naranja”, se dejaba entrever una conexión con Santos, porque ese fue el color que utilizó en la campaña del 2010. ¡Háganme el favor!

¿De verdad les parece tan indignante que se toquen otros temas importantes para la economía del país? Esa ‘economía naranja’ que promueve el Senador puede ser la solución en estas épocas de vacas flacas, más si tenemos en cuenta que este gobierno derrochó la mayor bonanza petrolera de nuestra historia y que el hombre más poderoso del mundo está buscando la forma de echar al traste los TLC y demás acuerdos internacionales que tanto contribuyeron al desarrollo de la economía colombiana.

No cometamos el mismo error que cometió Venezuela, que también despilfarró su bonanza petrolera en sostener una revolución arcaica que hoy tiene sumido al país en una crisis económica sin precedentes. El país vecino centró toda su fuerza de trabajo y la estabilidad de su economía en la producción de crudo, sin darle mayor relevancia a otros sectores productivos. Por eso, después del bajonazo en los precios internacionales del petróleo, y con una industria casi inexistente, hoy Venezuela es un país ‘Titanic’, que se hunde ante la mirada del mundo sin que nadie pueda hacer nada para salvarlo.

Las mismas críticas le cayeron a Duque con otras iniciativas que ha tenido. Tanto les duele que sea él quien está centrando su atención en otros aspectos olvidados o que simplemente no son tan taquilleros. El país necesita verdaderos líderes, no fanáticos.

Por ser una de las voces más autorizadas del Congreso para debatir sobre temas económicos, logró promover el Proyecto de Ley que reglamenta las Empresas BIC o también llamadas Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo. Básicamente se trata de una cultura empresarial que nació en Estados Unidos y busca que las empresas tengan un sentido social y contribuyan a la protección del medio ambiente, los derechos laborales, entre otros aspectos, y que se ha extendido como un nuevo modelo corporativo.

También fue Duque quien lideró los debates sobre las normas de la Reforma Tributaria que afectaban el desarrollo tecnológico, lo que dio lugar al hashtag #FrenoDigital. Seamos sinceros, el tema de las nuevas tecnologías no ha estado nunca entre las prioridades del Partido ni en la agenda legislativa. Entonces, ¿Está mal que él se hubiera interesado por ese tema, que para muchos colombianos, especialmente los jóvenes, sí es importante y los afectaba directamente? ¿No les parece acaso que esa fue una oportunidad inmejorable para acercarse a otras realidades y necesidades de los colombianos, y que muy seguramente van a reconocer que esas iniciativas fueron autoría del Centro Democrático?

Eso se llama ser un líder integral. Alguien que trabaja por diferentes causas en vez de quedarse con un solo nicho de campaña. La estrategia a seguir no puede ser el mismo discurso monotemático de siempre. Hay que ampliar los horizontes, aumentar el espectro y llegar a otras audiencias, a otros públicos que hasta ahora no conocen más acerca del Partido que su declarada oposición al proceso de paz.

Que el tema de la implementación del Acuerdo será crucial en la campaña presidencial, sí, es cierto. Pero no se pueden dejar de lado otras aristas en las cuales el uribismo también ha sido el principal abanderado.

La seguridad ciudadana, un tema que, por ejemplo, está tomando dimensiones absurdas en ciudades clave como Medellín, donde la delincuencia común se siente tan fuerte como para amenazar de muerte al Alcalde Federico Gutiérrez. O Barranquilla, donde las cifras de hurtos, homicidios y riñas callejeras se dispararon nada más empezando el año, como consecuencia de la reducción del pie de fuerza de la Policía en las calles.

La corrupción, tan de moda en estos días, será un tema que todos los demás candidatos intentarán esgrimir en sus campañas. ¿Por qué no tomarles ventaja con un candidato que no tiene rabo de paja? ¿Por qué no arriesgarnos con alguien diferente, que no puede ser blanco de ataques personales porque goza de una hoja de vida limpia y transparente?

No me malinterpreten. Admiro y respeto a Oscar Iván Zuluaga. Voté por él en primera y segunda vuelta del 2014. Rechazo tajantemente el montaje que armaron alrededor de su campaña, que nos privó de la Presidencia. Tanto él como el Ex – Gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos son ejemplo de esa persecución política que tanto hemos denunciado contra líderes del Partido. Y no está mal que se exalte esa circunstancia, pero sus figuras están desgastadas y no vamos a lograr nada haciendo una campaña a base de lamentaciones.

¿Han pensado qué pasará con el CD cuando Uribe no esté? El Ex – Presidente ya se ganó, con sobrado mérito, un lugar privilegiado en la historia del país. Ahora nos corresponde a todos, las nuevas generaciones y las bases del Partido, seguir su ejemplo y trabajar, trabajar y trabajar sin descanso para mantener una colectividad que permanezca vigente, por muchos años más, en el escenario político nacional.

El primer paso que debemos dar hacia esa dirección, es lanzar una lista abierta de voto preferente al Congreso de la República. Tenemos dirigentes tan sobresalientes, que han mostrado un trabajo serio y acucioso, que no hay duda de que lograremos mantener e incluso aumentar la representación en el legislativo.

Hay que ser propositivos y mirar más allá. Es el momento de enarbolar otras banderas, y mostrarle al país que podemos ser un Partido con una agenda abierta, capaz de trabajar por causas que también son importantes y afectan a la ciudadanía. Es hora de apostarle a lo nuevo, a lo que antes no estaba en el discurso y que ahora exige más atención. Mostremos que somos una colectividad que existe y seguirá existiendo para representar los intereses de una Colombia que cree en los 5 pilares fundamentales que nos rigen.

Demostrarle al país que el Centro Democrático fue creado para el futuro y no sólo para la coyuntura de unas elecciones presidenciales, es el reto que hoy tenemos por delante y que debemos asumir con responsabilidad y mucha disciplina. Necesitamos una cara nueva para asumir los retos del futuro. Un cambio, un relevo generacional. Como dijo el Senador Everth Bustamante en una publicación reciente: “Iván Duque está listo y preparado para cumplir este gran propósito nacional”.

Bonus Extra: Gina Parody y Cecilia Álvarez deben responder por sus actuaciones impúdicas (no impolutas) y dejar de escudarse en su condición sexual para rehuir a las acusaciones.