Por Andrés Pino

La carrera por la silla presidencial en El Salvador ya empezó, por lo menos para el partido ARENA, el cual desde ya se visualiza como virtual ganador de las próximas elecciones, considerando los favorables resultados en los comicios legislativos y municipales pasados, que le permitieron recuperar una cantidad considerable de curules y alcaldías ante el FMLN.

No obstante, si bien es cierto que ARENA tiene todas las de ganar otra vez por avalancha, eso no implica en absoluto que el país saldrá de alguna forma beneficiado con un cambio de gobierno, ya que al escuchar las pocas propuestas de uno de sus principales candidatos, es evidente que el país no mejorará si llegan al poder.

De hecho, más allá de hablar sobre si ARENA tiene una oportunidad o no de ganar, me gustaría enfocarnos en su principal candidato, Carlos Calleja, quien por algún motivo extraño, representa para muchos una alternativa viable a las desastrosas políticas socialistas e intervencionistas que tienen al país estancado en la miseria.

Y digo extraño, porque contrario a lo que una gran cantidad de personas nos quieren hacer creer sobre lo increíble el Sr. Calleja sería para el país, porque es un empresario exitoso y demás, lo cierto es que sus políticas son igual de destructivas y anti económicas como las de su contraparte izquierdista.

Ya sea por ser mainstream o por ignorancia económica, Calleja ha demostrado mucha simpatía con la idea de la igualdad de oportunidades, que según él es de alguna manera distinta a la igualdad de resultados. No obstante, todos aquellos que hemos estudiado un poco de economía e historia, sabemos que tanto la igualdad de oportunidades como de resultados solo se puede lograr quitando a unos lo que es de otros a punta de pistola, empobreciendo a la sociedad en general y sometiéndola a la fuerza.

Por si eso fuera poco, sus constantes propuestas de querer rescatar al sector agrícola de las decisiones del mercado, hace dudar sobre si el Sr. Calleja es realmente la solución a nuestros problemas, ya que obviamente para lograr dicho objetivo, es necesario extraer mediante impuestos riqueza de sectores realmente productivos, comprometiendo de esa manera la generación de empleos en industrias donde el país sí es competitivo.

Y por último, puesto que por el momento desconozco sus otras propuestas, que seguramente andarán por la misma línea, cabe destacar que el candidato arenero está decidido en  proteger el mercado nacional de productos extranjeros, idea que sin duda alguna hundirá aún más a nuestra economía y su capacidad para acumular capital.

Sin la intención de querer etiquetar al Sr. Calleja injustamente, me animo a señalar que la solución no se encuentra en él; en el mejor de los casos, si llega al poder, tendremos un país que anda a un cuarto de gasolina. La verdadera solución está en la libertad económica, idea en la que a primera vista no cree.

Fuente: Panampost