Mucho se habla en los medios de comunicación del papel protagónico que ha venido desempeñando el senador del partido de la U, Roy Barreras. Asimismo, él se pretende mostrar como el protector sublime e impoluto de los acuerdos de paz en Colombia, y que su principal objetivo es la pronta y eficaz implementación de los mismos.
Sin embargo, en este caso, la ficción que quiere proyectar Barreras alardeando de ser el “ángel custodio de la paz”, dista mucho de la realidad. Lo anterior, podría catalogarse como un rasgo propio de una personalidad mitómana, y es precisamente todo lo que representa Roy Barreras, su rabo de paja es tan grande que ya no puede pasar desapercibido.

Al teatro que montó Barreras Montealegre, como precursor y defensor de la paz en Colombia, queremos agregarle un acto que cambiaría radicalmente la imagen del congresista, dejándolo como el verdadero villano en esta novela.

Hace varios meses, la Fiscalía General de la Nación compulsó copias para que se investigaran a 3 senadores de la República, en los que se encontraba nuestro lobo vestido de oveja, Roy Barreras. Para el ente investigador, se trataba de una red de corrupción que se apoderaba de recursos destinados para el posconflicto, lo que se traduce naturalmente como los “recursos de la paz”.

En una audiencia celebrada en la ciudad de Cali, el órgano fiscal reveló una interceptación en la que fue nombrado el senador “pro-paz”, Roy Barreras. “A través de Roy Barreras me dijeron que se abría una nueva convocatoria”, expresó en su declaración Mauricio Quintero, quien es uno de los contratistas investigados en el caso.

Por este motivo, la Fiscalía General de la Nación compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia para que hiciera lo propio e investigara a Roy Barreras, pues esta red operaba y gestionaba de manera fraudulenta contratos de la paz como proyectos productivos y planes de atención a población golpeadas por el conflicto armados.

Roy Leonardo Barreras Montealegre, es entonces la prueba fehaciente e inexorable de que en nuestro país no todo lo que brilla es oro, y que su intención de lograr acuerdos programáticos por la paz en Colombia no existe.