Ante todo me disculpo con los lectores por la demora en emitir esta noticia, pues una vez más las fuerzas del Estado cubano me detuvieron, suceso que elaboraré en otro texto. Sumado al hecho que, como mencioné en una nota previa, me negaron  Internet, ya que el monopolio del servicio lo maneja el Estado, y como tal decide quién accede y quién no, lo cual ha dificultado que les haga llegar novedades desde Cuba bajo el poder de los Castro.

Dicho régimen celebró elecciones a principios de este mes. Sin embargo, las elecciones en un país con partido único, lejos de ser plurales, democráticas y para todos, son sujetas a la voluntad de los gobernantes.

Recientemente, a raíz de celebrarse las elecciones de los delegados de circunscripciones y a las asambleas municipales, realicé un artículo para este espacio de libertad donde explicaba que hablar de elecciones en Cuba era una burda falacia y una falta de respeto a sí mismo, y sólo por una cuestión elemental. Para que haya elección al menos debe haber dos alternativas, y en Cuba la única que tienen los cubanos es sumirse a los designios de los dictadores a base del látigo del terror, y la censura.

Pero hoy, quiero comentarles sobre un aspecto que a mi criterio se ha tratado poco: la manipulación y la falta de transparencia de esa ridícula obra de teatro que se le ha dado por título ” Elecciones cubanas”.

¿Son confiables las “elecciones” cubanas?

Sin duda alguna señores, no lo son. Y sólo les citaré dos sencillos ejemplos acaecidos en las recién efectuadas elecciones de los delegados a las asambleas provinciales y diputados a la Asamblea Nacional del poder popular, delegados autómatas que actúan según la voluntad de los omnipotentes gobernantes dictadores cubanos.

Al  miembro del recién fundado Movimiento Anarcocapitalista de Cuba,Adrián Quesada Flores, no le dieron la posibilidad de efectuar su voto, derecho que según las leyes tienen todos los ciudadanos cubanos al no habérsele entregado la boleta electoral.

Claro está que por su mente, y coherente con las ideas que defiende, jamás pensó participar en esta farsa, pero ese hecho le llamó la atención y acudió, como ciudadano cubano que es, a las urnas en su colegio electoral. Dedujo que sería un error humano o un fraude electoral, me comentó minutos antes de presentarse a las urnas.

Pues bien, resultó ser lo que imaginamos, el joven Anarcocapitalista (ancap) cubano no aparecía en la lista de electores.

Inmediatamente, Adrián protesta por este fraude y en un instante se personan dos agentes de la seguridad del Estado que como siempre sucede, su presencia es permanente en los colegios electorales con el único objetivo de encadenar la calma. Mientras los encargados del colegio le explicaban las causas de la reclamación de Adrián, este partió para su hogar pues su misión había sido realizada, demostrar lo fraudulento de las elecciones cubanas.

Pero esto no terminó aquí, no pasaron cinco minutos de haber llegado el joven ancap cubano a su hogar, los agentes de la seguridad del Estado se personaron para comunicarle que ya se encontraba en la lista de electores. Es decir, Adrián, como arte de magia se convirtió en un elector. El joven Adrián, digno a las ideas que defiende se sonrió y les dio la espaldas a estos dos agentes.

Y no fue el único caso.

“Cuando me entregaron la boleta pregunte para qué me la daban, porque yo no votaba al no ser por un presidente para Cuba y que ese derecho no se lo dan al pueblo de cuba”, dijo Marisol Peña Cobas, también activista del Movimiento Anarcocapitalista de Cuba.

Cuenta que se le acercó la presidenta de la CDR (Comité de la Defensa de la Revolución) y le entregó la papeleta, en la calle, a dos casas de la suya, dijo que no sabía para qué lo hacían, “si ellos saben que yo no participó en nada del comunismo”, dijo Peña. Asume que lo hacen para decir que en Cuba hay no sé cuántos millones de votantes.

Al llegar a su casa, observó la boleta detenidamente y descubrió que decía su nombre, pero con los apellidos de su madre que falleció hace cuatro años.

“El nombre de mi mamá es Magalis Cobas Fernández y la boleta decía Marisol Cobas Fernández”, concluye.

Como verán, en Cuba las irregularidades son el pan de cada día. Así como la capacidad de elegir a nuestros gobernantes es una de las tantas mentiras del régimen, que no respeta ni a los vivos ni a los muertos.

*Nota: Mamela Fiallo contribuyó en la compilación de esta nota.

Fuente: Panampost