En Bolivia existen dos economías:
Economía Parásita
Desde 1952, la “planificación” central del estado, de un grupo de burócratas y políticos “expertos” que desde sus hermosos y elegantes escritorios en La Paz definen qué hacer con los recursos del Estado. La fatal arrogancia, como bien dice Hayek, de creerse superiores intelectual y moralmente al resto de nosotros.
1952, 1964, 1971, 1985, 1998, 2002, 2005, 2009 no importa, el modelo es el mismo: parasitario que explota los recursos naturales expropiados a sus dueños, en favor del “pueblo”; en realidad en favor de esa casta de izquierdistas, unos más guevaristas, otros más estalinistas, unos gramscianos y otros socialdemócratas, todos ellos SOCIALISTAS.
Recurren a impuestos, deuda externa e interna, imprimir billetes sin respaldo, dar bonos y subvenciones, crear empresas del estado que funcionan bien solo en los libros contables, estableciendo monopolios estatales o monopolios de amigotes, ellos son los verdaderos parásitos del sistema.
Le dicen “bonanza” a vivir una mentira, de deudas e inflación, a vivir de prestado, endeudando a nuestros hijos y nietos aún no nacidos y exprimiendo a los que hoy vivimos esta “fiesta”.
Una fábrica de billetes sin respaldo, normas y regulaciones que castigan a los contribuyentes, cierran empresas, persiguen a comerciantes y clausuran negocios.
Un estado parásito y obeso, donde gobierno, gobernadores y alcaldes se reúnen como buitres para hacer un “pacto fiscal” o sea repartirse nuestros despojos, como carroña para alimentar a sus crías: la corrupción, la inflación, la inseguridad, la pobreza y la ignorancia.
Todo ello a costa de los impuestos más altos del mundo para financiar esta orgía de gasto y buenismo, de cosas “gratis” y “buenas” pero subvencionadas a costa de nuestro dinero como “grandes” hospitales y escuelas “modelo”, teleféricos, buses o trenes.
Eso no es “Bonanza” es una estafa.
Y la “oposición” es cómplice, porque no plantea cambio de sistema; todos ellos keynesianos, todos ellos de izquierdas, nos dicen que solo ellos podrían hacer que este bodrio funcione, si ellos fueran gobierno; nunca lo lograron ni lo podrán lograr porque el socialismo es IMPOSIBLE.
Economía Real
Jesús Huerta de Soto explica claramente que la economía keynesiana es un craso error intelectual, que nos cree a todos pingüinos y olvida que la economía real es la acción humana.
La economía real es creada por Dña. Juana que apenas sabe leer y escribir se levanta a las 5 am y decide preparar sándwiches de carne y huevo que venderá desde las 8:30 a 15 Km de su casa y hasta las 3 de la tarde transforma un capital de $us 20 en 50, cuya utilidad no se la gasta en un café de moda ni en un jean Levi´s; sino que la ahorra y luego invierte en más bienes de capital y al cabo de 30 o 35 años de trabajo duro, durísimo, ha logrado empezar a disfrutar de su esfuerzo, de su prestigio, de su constancia, ya tiene una buena casa, un par de autos y 10 o 15 pequeñas sucursales, nunca va de vacaciones, pero fue a Miami o a Hong Kong para hacer negocios y se ha diversificado, sigue siendo “informal” pero ha generado 60 o 90 empleos.
Esta es la gente que trabaja duro, ahorra e invierte, genera riqueza, empleos y satisface nuestras necesidades al mejor precio posible y en las mejores condiciones.
A pesar del gobierno y no gracias a él.
Son responsables del 80% de la riqueza real que existe en Bolivia, han sacado de la pobreza a más gente que todos los gobiernos juntos, generando riqueza.
Pero los gobiernos socialistas son tan hábiles, que nos hacen creen que el resultado de años de trabajo se lo debemos a Evo.
Ningún político socialista le dirá nunca al emprendedor que la “bonanza” que vive no se lo debe a él, y que más bien está siendo expoliado para mantener y financiar el Leviatán.
Esa es la verdad, son todos los emprendedores, que se han convertido en empresarios a costa de mucho sacrificio, los que han creado la riqueza real, no los políticos, ni las nacionalizaciones, ni los “blindajes”, ni los iluminados que lo único que quieren es parasitar de ese esfuerzo y de los recursos naturales que le han quitado a otros emprendedores desde hace 64 años, haciendo a sus amigos más ricos y a los pobres más pobres.
Pero hay un salida, dejarle a cada individuo hacer lo que crea pertinente hacer, respetando su vida, su libertad y su propiedad privada, limitando el poder del estado, instalando el libre mercado.
Los seres humanos somos maravillosamente diferentes, si el estado no interviene en la economía, millones de bolivianos nos sorprenderán con sus ideas en libertad y cambiaremos el mundo.
Fuente: http://www.elclubdelosviernes.org
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