Las críticas y presiones internacionales lograron que la dictadura venezolana le ordenara al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que diera marcha atrás al golpe de Estado que causó conmoción en todo el mundo. Tras dicha orden, este tribunal decidió, por medio de dos nuevos fallos, revertir la sentencia que anulaban a la Asamblea Nacional.
Si bien es cierto que aún se consideran invalidas las actuaciones del Parlamento en Venezuela por supuesto “desacato”, distintos líderes internacionales forzaron al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a revisar la sentencia considerada como un autogolpe de Estado.
Una de las mayores sorpresas, tanto a nivel nacional como internacional, fue la declaración de la fiscal general oficialista, Luisa Ortega Díaz, quien confirmó que el TSJ y el régimen de Nicolás Maduro perpetraron un autogolpe de Estado en el país suramericano, siendo este un impulso previo para la decisión de anular la sentencia.
Sin embargo, llamó la atención que quien horas antes había condenado las decisiones del TSJ no asistiera a la reunión que buscaba solventar “lo más rápido posible” el impase que surgió entre el Ministerio Público y este tribunal, a raíz de las sentencias que este último emitió contra la Asamblea Nacional.
La decisión de revertir la sentencia se tomó la madrugada de este sábado 1 de abril, durante una revisión de las sentencias, por el Consejo de Defensa de la Nación solicitada por el gobernante del país.
Decisiones como el del gobierno de Perú (primer país en pronunciarse ante decisión del TSJ) de retirar a sus embajador, pudieron haber influido en el aborto del golpe de Estado.
FUENTE es.panampost.com
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