Las 2 Orillas es un sitio web que nació hace algunos años como una iniciativa independiente para mostrar las diferentes caras del país desde diversos puntos de vista. La iniciativa que fue apoyada inicialmente por ONGs y que buscaba conservar una independencia absoluta tanto de los diferentes poderes políticos del país como de los comerciales, terminó sucumbiendo hasta convertirla en una melcocha de mentiras y difamaciones sin autor o responsable visible.
Bajo la premisa de que en un medio como este se busca darle voz al pueblo, decenas de personas escudadas bajo pseudónimos o nombres desconocidos para la opinión pública se han dedicado a denigrar y difamar a otros, convirtiendo incluso en virales cientos de noticias falsas.
Si bien en el periodismo cabe siempre la opinión, es sabido que cualquier medio que se preste de ser serio y responsable, debe exigirle a sus columnistas un mínimo de pruebas cuando lanza graves acusaciones en las que se pone en juego la integridad moral y hasta física de los acusados.
Es tan débil o cómplice el filtro de los editores de Las 2 Orillas, que son frecuentes y abundantes los errores de ortografía y gramática en las “columnas de opinión”. Han llegado al punto de ni siquiera importarles la imagen del medio, siempre y cuando se consigan clicks destruyendo la honra y el buen nombre de los demás, siempre excusados en supuestos autores independientes y en la falsa pluralidad que el medio brinda.
Llega a tal punto el cinismo y la cobardía de este medio que algunas columnas son firmadas por supuestos “colectivos de indignados” de alguna región del país. Nadie investiga, nadie confronta, nadie responde; solo se acusa y se destruye sin que nadie asuma la responsabilidad y lo hacen desde lo legal puesto que el medio no es quien pone la cara, todo lo hacen a nombre de terceros; ellos simplemente quedan como los “héroes” que le abren su espacio al pueblo para que este cuente sus historias.