La doble moral y el doble discurso de algunos políticos de oficio rayan en la hipocresía, esto parece ser una característica que denota su formación, pues por un lado se rasgan las vestiduras defendiendo al pueblo y por el otro guardan silencio ante algunos actos.

Tal es el caso del actual gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, que actúa conforme al espacio al que quiere acceder diciendo medias verdades solo para ganar la simpatía de algunos sectores.

Ahora en un acto de amor por su pueblo Amaya hace un llamado al Gobierno Nacional de proteger a los productores del país ante la sería intención de la Unión Europea de ingresar papa congelada sin aranceles, algo que, según él afectaría a los productores boyacenses.

También sostiene que el sector agrícola colombiano y en especial el del departamento no puede recibir más golpes, pero ¿no está bastante golpeado este sector ya?

Una petición un tanto cara dura, pues los agricultores reciben poco estimulo financiero de manos del gobierno que encabeza, aunado a los elevados costos de insumos, falta de políticas de mercadeo, ausencia de asesoría técnica y alternativas de diversificación, han hecho que tanto productores como campesinos manifiesten su descontento en reiteradas ocasiones.

Este conglomerado de factores ha traído como consecuencia que los cultivos estén siendo abandonados, generando el desplazamiento de los boyacenses del campo a las ciudades, algo bastante alarmante pues no solamente se trata de perder población sino también de ver disminuido su aporte productivo a nivel nacional.

Sin duda alguna todo un acto de politiquería para querer congraciarse con un sector que el mismo ha tenido descuidado, hay que ser coherente con lo que se dice y como se actúa para no caer en el doble discurso señor Amaya.