Michelle Bachelet denunció además el asesinato de activistas y periodistas en México, así como en Guatemala, donde agregó que considera “deplorable” la decisión del gobierno de rescindir el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). EFE/ Salvatore Di Nolfi

 

Ginebra, 10 sep (EFE). – La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, denunció este lunes que los activistas en Latinoamérica están cada vez en mayor riesgo y pidió a los gobiernos que refuercen su protección y tomen medidas para evitar que la situación siga degradándose.

En su primer pronunciamiento ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que inauguró en Ginebra su último periodo de sesiones de este año, la nueva alta comisionada hizo especialmente énfasis en la situación de los defensores locales de los derechos humanos en esa región, donde están siendo víctimas de inusitada violencia.

Pese al cese del conflicto y a las perspectivas de paz que nacieron del acuerdo suscrito entre el Estado y la guerrilla de las FARC, Colombia fue el país donde Bachelet reportó el número más elevado de homicidios de activistas.

Precisó que entre el 1 de enero y el 1 de septiembre pasados, su oficina registró el asesinato de 53 líderes de los derechos humanos en Colombia, mientras que otros 57 casos están en proceso de verificación.

En México, continuó, hubo ocho activistas asesinados en los primeros ocho meses de 2018, superando a las víctimas registradas durante todo el año pasado.

Muchos otros defensores de los derechos humanos que sobreviven, sufren persecución judicial, denuncias abusivas, campañas de difamación, son vigilados, amenazados de muerte o sujetos a ataques, agregó.

Bachelet también denunció que muchos periodistas en México corren una suerte similar, con 12 asesinatos documentados en 2017 y ocho este año, más un desaparecido.

El tercer país de la región por el que Bachelet expresó preocupación en este mismo ámbito fue Guatemala, con 12 asesinatos de activistas este año, comparados con ocho en 2017.

Sobre la situación en Guatemala, la alta comisionada consideró “deplorable” la decisión del gobierno de rescindir el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) e impedir la entrada al país de su responsable, Iván Velásquez.

Esas medidas “ponen fin a un instrumento esencial de lucha contra la impunidad y la corrupción”, denunció.

Bachelet prefirió para su primera presentación ante el Consejo de Derechos Humanos ofrecer una versión oral resumida de su discurso, cuya versión oficial de catorce páginas fue distribuida entre los Estados miembros y la prensa.

En ella se refiere a las crisis en Venezuela y Nicaragua, y a como la población está huyendo masivamente del primer país y, en menor medida, del segundo.

Asimismo, criticó el anuncio reciente del Gobierno de Estados Unidos de que no respetará más una sentencia que limitaba a veinte días el periodo de detención de niños inmigrantes, al tiempo que denunció que unos 500 niños separados de sus padres por funcionarios estadounidenses no han sido aún devueltos a sus familias.

Bachelet expresó la inquietud que existe por la situación de los inmigrantes en Europa y los planes de consolidar los mecanismos para su repatriación o expulsión.

También se refirió a las violaciones de los derechos humanos en Birmania, a los conflictos en Siria, Afganistán y el Yemen, entre otras varias situaciones.

La nueva alta comisionada, quien asumió la semana pasada este alto cargo en el sistema de la ONU, recordó ante el Consejo que fue detenida política, refugiada, que estudió y ejerció como médica, dirigió el primer organismo de la ONU dedicado a la igualdad de género, además de haber sido dos veces presidenta de Chile.

Aseguró a los países que, justamente como exjefa de Estado siempre estará dispuesta a escuchar a los gobiernos porque puede entender sus preocupaciones, pero también les recordará su responsabilidad fundamental de proteger los derechos de sus pueblos.

Italia: no aceptamos lecciones de nadie sobre inmigración

El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, replicó que “no aceptamos lecciones de nadie” en respuesta a las críticas vertidas este lunes por la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, hacia la política antiinmigración de Roma.

“No aceptamos lecciones de nadie y menos aún de la ONU, que se muestra incapaz, inútilmente costosa y desinformada”, afirmó Salvini, líder de la ultraderechista Liga.

“Italia ha acogido los últimos años a 700.000 inmigrantes, muchos de ellos clandestinos, y no ha recibido nunca la colaboración de otros países europeos”, continuó el también vicepresidente del Gobierno.

Salvini salía así al paso de las palabras de Bachelet, quien al inaugurar una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra criticó a Italia por impedir la entrada al país de barcos de rescate de ONGs con inmigrantes a bordo.

“Este tipo de posicionamiento político y otros acontecimientos recientes tienen consecuencias devastadoras para mucha gente que ya de por si es vulnerable”, afirmó la alta comisionada, quien lamentó que “aunque el número de inmigrantes que cruzan el Mediterráneo ha descendido, la tasa de mortalidad es más elevada”.

También denunció -en referencia a Italia- que “priorizar el regreso de emigrantes desde Europa sin garantizar que se respetan las obligaciones internacionales clave en derechos humanos no puede ser considerado como una respuesta adecuada”.

“Las fuerzas del orden desmienten que haya una alarma de racismo. Antes de investigar sobre Italia, la ONU debería investigar sobre otros estados miembros que ignoran derechos elementales como la igualdad entre hombres y mujeres”, espetó Salvini.

El líder de la Liga es actualmente la cara más visible en Europa de la mano dura contra la inmigración.

En las últimas semanas ha afirmado que con su política ha conseguido reducir las llegadas de emigrantes clandestinos y que ahora es el momento de acelerar las repatriaciones y expulsiones hacia los países de origen.

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