Por: Benedicto Truman.
El otrora secretario de Infraestructura del Tolima y hoy candidato a la alcaldía de Ibague se hizo nacionalmente famoso por prestar el aeropuerto Perales para lo que según él era la celebración del Festival del Aire, pero que a ojos de los colombianos e ibaguereños se trató del préstamo indebido de la pista del terminal para que tomase lugar unos piques ilegales que hoy lo tienen sindicado por la justicia, a tal punto que el próximo 29 de noviembre debe asistir a una audiencia preparatoria de juicio para responder por los conductas de peculado por uso indebido y manipulación de material probatorio.
Las audiencias en su contra han sido sorpresivamente pospuestas por diversas razones: por pedido de su abogado defensor y hasta por traslado del expediente de los juzgados a los tribunales porque uno de los jueces recibió amenazas contra él y su familia en medio del proceso de investigación. Pero parece que aquello de los riesgos de muerte no es exclusivo de jueces que le llevan procesos al aspirante a dirigir las riendas de la capital musical de Colombia.
También lo es, según ha indicado Alfredo Bocanegra en una reciente entrevista en WRadio, de aquellos que se interponen en la continuidad del proyecto político de Oscar Barreto, actual gobernador del Tolima. Y es que según ha dicho el candidato Bocanegra en sus denuncias públicas teme ser asesinado antes de que presente a las pruebas de la presunta participación en política del clan Barreto, que quiere hacer moñona con la gobernación y la alcaldía.
Al parecer estas no son las únicas coincidencias que podrían interpretarse entre maestro y pupilo. Ambos son señalados de enredos que vinculan automóviles y desplazamientos nocturnos. Mientras según el propio Bocanegra, cuenta con pruebas en las que se demuestra como el gobernador Barreto se desplaza en una camioneta Range Rover en horas de la noche y vestido herméticamente para visitar a líderes políticos, participar en política indebidamente y constreñir al electorado. “Llueven ríos de dinero para favorecer a sus candidatos pero además la procedencia es de las dos grandes fuentes de corrupción: los medicamentos de la salud pública y la alimentación de los niños del departamento”, indicó el candidato en la W.
Si a eso se le suma que la actual carta de Barreto para la gobernación también estuvo vinculado a procesos judiciales por los que purgó condena al intentar asesinar a un hombre en medio de una noche de tragos, no parecería nada raro los temores de BocaNegra a luz de la interpretación ¿dime con quién andas y te diré quién eres, y te diré que eres capaz de hacer? Carreras de piques, noches, carros en los que operan desplazamientos para intervenir en política, intimidaciones y sentimiento de miedo por amenazas de muerte e intentos de asesinatos, son las cuestiones que circundan al gobernador del Tolima en su intento por hacerse con las instituciones ejecutivas de elección popular.
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Pero allí no para los señalamientos. El propio Bocanegra ha intentado quitarle la máscara a Barreto: uno de los gobernadores más cuestionados de Colombia, ha adjudicado contratos en procesos contractuales con un único proponente, personas han fallecido de hemofilia por los medicamentos adulterados que se han comprado desde la secretaría de salud –el cartel de los medicamentos ya ha sido probado y solo falta que caigan los responsables en la secretaria de salud departamental- , los programas de alimentación escolar son contratados con organizaciones que generan suspicacias por dudoso accionar, la querencia por hacerse a la gestión de activos del patrimonio público como el Hospital Federico Lleras y la Corporación Autónoma Regional del Tolima.
Son muchas las coincidencias y pocas las posibilidades de ponerlas a duda. Por ahora queda esperar que algunos en contienda como Girón, López, Delgado o Bocanegra para operar un debido contrapeso para quitarle de las manos a Barreto, a Hurtado y a Orozco, Ibagué y el Tolima.
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