El Gobierno estadounidense rechazó la propuesta del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, de iniciar un diálogo con su par Donald Trump. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense explicó que para que haya un encuentro entre ambos mandatarios primero debe restaurarse la democracia en el país petrolero.
El portavoz, que prefirió mantenerse en anonimato durante sus declaraciones para EFE, afirmó que Trump podría hablar “gustosamente” con Maduro siempre y cuando “se tomen ciertos pasos” que demuestren un avance democrático.
La fuente indicó que lo que se espera es “el respeto a la Constitución de Venezuela; la celebración de elecciones libres, justas y creíbles, la liberación de prisioneros políticos (…); que se deje de oprimir al gran pueblo de Venezuela y se permita inmediatamente la entrada de ayuda humanitaria internacional” en el país.
La respuesta del portavoz es parecida a la que la Casa Blanca dio el pasado mes de agosto, cuando el presidente estadounidense rechazó tener un contacto telefónico con su homólogo suramericano.
Cabe recordar que las declaraciones del funcionario de la Casa Blanca se producen tras la petición de Nicolás Maduro de dialogar. El dictador realizó la propuesta a través de Twitter, recordándole a Trump que durante su campaña promovía “la no intromisión”. “Donald Trump hizo campaña promoviendo la no intromisión en los asuntos internos de otros países. Llegó el momento de cumplirlo y cambiar su agenda de agresión por una de diálogo. ¿Diálogo en Caracas o Washington DC? Hora lugar y ahí estaré”, escribió el pasado lunes 19 de febrero.
.@RealDonaldTrump hizo campaña promoviendo la no intromisión en los asuntos internos de otros países. Llegó el momento de cumplirlo y cambiar su agenda de agresión por una de diálogo. ¿Diálogo en Caracas o Washington DC? Hora y lugar y ahí estaré.
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) February 19, 2018
Las intenciones de Maduro de dialogar con su par estadounidense podrían deberse a los fuertes rumores de una posible intervención militar en Venezuela impulsada por La Casa Blanca; la preocupación inició el año pasado cuando Trump y el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, expusieron que no se descartaba esta opción como una resolución para la crisis de Venezuela.
“Tenemos muchas opciones para Venezuela… No dejamos a un lado la opción militar. Es nuestro vecino. Ustedes saben, tenemos tropas en lugares del mundo que son muy lejos y Venezuela no queda muy lejos”, dijo Trump en aquel entonces.
Aunque no hay certeza de que exista un verdadero plan de intervenir en el país caribeño, la posibilidad de que esto ocurra se ha hecho más fuerte, ya que a principios de este mes de febrero Tillerson llevó a cabo una gira por Latinoamérica con el objetivo principal de tratar la situación de Venezuela con otros países, y hablar de posibles soluciones.
Hasta ahora el Gobierno estadounidense se ha enfocado en imponer sanciones a altos funcionarios del régimen venezolano como un método de presión. La primera sanción fue al vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, el 13 de febrero de 2017, cuando se le vinculó con el tráfico internacional de drogas.
El Gobierno estadounidense decidió también endurecer su posición, al sancionar el pasado 18 de mayo a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, por secuestrar las facultades de la Asamblea Nacional. Las sanciones fueron expandidas el 26 de julio cuando el régimen socialista se preparaba para imponer una ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
Estados Unidos bloqueó los bienes de los altos cargos venezolanos, y se les impidió hacer transacciones por sus vínculos con actos de corrupción, narcotráfico y violación de derechos humanos.
Sin embargo, el Gobierno de Trump no paró allí, el pasado 9 de agosto sancionó a otros ocho funcionarios del chavismo, y el 25 del mismo mes se anunció la prohibición al Gobierno venezolano y a su estatal petrolera, PDVSA, vender nuevos bonos a estadounidenses o a instituciones financieras de Estados Unidos, y cualquier transacción de bonos existentes del Estado venezolano.
Desde entonces, el régimen dictatorial ha tratado de frenar las sanciones con un falso diálogo con un grupo de líderes opositores; sin embargo, esto no ha resultado, ya que Maduro y su administración continúan violando la Constitución y los derechos humanos.
De acuerdo con la periodista venezolana Sebastiana Barrárez, el régimen venezolano realmente teme una incursión militar en el país. “Estoy convencida de que está latente el temor de que se pueda dar una intervención militar en el país. Y me convence mucho más el comportamiento reciente que han tenido las Fuerzas Armadas. Además, el movimiento interno en general solo evidencia que están estudiando cómo reaccionar frente a un escenario así”, le dijo la periodista al PanAm Post en una entrevista publicada hace unos días.
La semana pasada tropas militares fueron movilizadas en la frontera de Venezuela con Colombia. Además, el ilegítimo fiscal general de Venezuela afirmó que hay un plan de “invasión militar” impulsado por Estados Unidos que ingresaría por Colombia.
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