Por primera vez en la historia de la OEA la mayoría de los países emitió una resolución para condenar la dictadura en Venezuela; una situación que podría acarrear no solo su suspensión sino también nuevas sanciones por parte de los países miembros.
Durante la sesión que discutió la “situación de Venezuela”, 19`países votaron a favor de la resolución impulsada principalmente por Estados Unidos; mientras que cuatro se opusieron, y 11 se abstuvieron.
En general, los bloques siguen petrificados: El Grupo de Lima, más Estados Unidos y algunas islas del Caribe, contra el régimen de Maduro: solo Bolivia, Dominica, San Vicente y las Granadinas y la propia Venezuela, a favor de él; y las mismas once naciones que prefieren mirar hacia otro lado, incluyendo, entre otras, Ecuador. La postura particular de este país es llamativa, toda vez que antes de iniciar la Asamblea General se conoció que el gobierno de Estados Unidos había hablado con Lenín Moreno para lograr que ese país desconociera el fraude electoral en Venezuela y a Nicolás Maduro como mandatario venezolano.
Y es que el gobierno estadounidense ha sido enfático en señalar la importancia de que una dictadura como la de Maduro no siga formando parte de dicho organismo, a pesar de que Venezuela está cumpliendo el procedimiento para retirarse por voluntad propia.
En cambio, República Dominicana, que tradicionalmente se había abstenido, en esta oportunidad rechazó el Gobierno reelecto el 20 de mayo, lo que producirá importantes cambios en la relación entre los dos países. Lo mismo pasó con Nicaragua, que fue del bando de los apoyos de Venezuela al de las abstenciones, probablemente por su propia crisis interna.
Venezuela ya ha dicho que se va de la OEA y el año pasado anunció que comenzaría el proceso de retirada. Pero según el estatuto de la OEA, una nación tarda dos años en abandonar la organización y los funcionarios podrían cambiar de opinión.
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