El escritor cubano Armando Añel quemó su pasaporte como acto de repudio al régimen castrista y en pleno ejercicio a su libertad de expresión. (Armando Añel)

En un acto de desafío contra el régimen, el escritor cubano Armando Añel quemó su pasaporte cubano, el cual reemplazó por el otorgado por el país donde se exilió: EE. UU.

Lo hizo tanto como acto político como artístico, en pleno ejercicio de su libertad de expresión en una nación que no le persigue por hacerlo.

Armando es uno de los creadores de la Declaración de Bogotá,  que exige la libertad de movimiento de los cubanos.

Fue creada en la capital colombiana y presentada ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza.

Lleva ese nombre, dado que fue elaborada en la capital colombiana durante el Festival de Arte y Literatura Independiente Vista, que se dedica a editar, publicar y promocionar obras de literatura que son prohibidas y censuradas en Cuba.

Bajo el lema, “en solidaridad con los escritores secuestrados en Cuba”, el festival se trasladó a Sudamérica para que puedan concurrir todos los participantes.

Pues los exiliados no podían volver a Cuba y los residentes en Cuba no podían viajar a los EE. UU.

Sin embargo, pese a la logística, varios de los escritores y artistas no pudieron salir de Cuba. Entre ellos, Ángel Santiesteban-Prats, que fue apresado por un crimen que no cometió, para impedir su salida del país.

En su honor, los escritores y productores presentes, declararon -por escrito- su repudio al autoritarismo del régimen castrista y convocaron a la solidaridad internacional para dar a conocer lo que sucede bajo el socialismo, sobre todo en materia de censura y limitaciones a la libertad de expresión.

Ahora que el escritor Armando Añel difundió en redes sociales cómo quemó su pasaporte cubano, en repudio total al régimen y sus políticas limitantes hacia sus habitantes, PanAm Post se comunicó con él para comprender su accionar.

¿Qué fin tiene quemar el pasaporte cubano?

Es un acto de liberación personal pero también, como digo en el video, un acto de creación. El principal gancho con que el castrismo sostiene a su régimen es el chantaje emocional, esa cosa de la “patria” como nido y trinchera, esa cosa de “tener que regresar allí”. Pues para nada. Al quemar el pasaporte cubano, pongo en claro, a nivel práctico, que cualquiera es capaz de librarse de esa clase de chantaje, que sin libertad, la “patria”, el nido y la trinchera son conceptos vacíos de significado,

¿Qué pasa o qué no ha pasado que le lleva a desvincularse de esa manera de Cuba?

Nací en el totalitarismo, en medio de las ruinas y la promiscuidad delatora. No conocí la Cuba anterior a 1959. Por eso me resulta relativamente fácil desvincularme de toda esa podredumbre. Nunca he entendido qué extraña de Cuba la gente de mi generación. Si, viví allí 32 años padeciendo el sistema, como un animal enjaulado, ¿cómo no me voy a desvincular?

¿Por qué decide exiliarse?

Porque nací en un sistema comunista, y por ende represivo, con todas las desastrosas consecuencias antropológicas que le son inherentes, reflejadas día a día en la calle y la intimidad. Porque no puedo vivir mucho tiempo encerrado, censurado.

¿Qué hace por Cuba desde el exilio?

Todo lo que puedo, sobre todo en el campo cultural, literario, periodístico, que es mi especialidad. Nuestra editorial Neo Club Ediciones promueve la obra de los escritores marginados en Cuba, y en Miami hacemos un esfuerzo por destacar lo mejor de la literatura y las artes exiliadas. Es en el exilio donde puedes encontrar actualmente a la Cuba real, la más auténtica y avanzada.

¿Qué le diría a los defensores del castrismo en el resto de América Latina?

Lo que tanta gente les dice: Que se vayan a vivir a Cuba al menos por un año en las condiciones que viven los cubanos. No como turistas, ojo, sino como cubanos. Veremos después.

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