
En medio de la conmoción causada por el atentado contra la vida del candidato presidencial brasilero Jaír Bolsonaro, un periodista argentino radicado en el país vecino, primero acusó al político de haberlo incitado y ahora increpa a su hijo en redes sociales por el uso de una supuesta bandera de supremacía racial.
La bandera de Gadsen, de color amarillo y con una serpiente cascabel en el centro, es un símbolo libertario. Data de la revolución de independencia de los EE.UU. y representa al ciudadano advirtiendo al Estado que no ataca sin ser atacado, pero anda armado y está dispuesto a defenderse. Es decir, lo contrario al autoritarismo.
Eduardo Bolsonaro, hijo del candidato fascista, posando con un revólver en la mano. La foto es de 2016. Atrás, una bandera usada por el Ku Klux Klan y luego por otros grupos de supremacistas blancos de EEUU. pic.twitter.com/7H2EhFxpBz
— Bruno Bimbi (@bbimbi) September 16, 2018
Esta es la base del espíritu independista, que sea el ciudadano quien controla al Estado y no el Estado al individuo, algo que tanto Bolsonaro como sus hijos han pregonado en su campaña.
Sin embargo, con desconocimiento histórico y sesgo cognitivo, el periodista kirchnerista alega que la bandera está vinculada a la supremacía racial y grupos como el KKK.
Asimismo, llama abiertamente Nazi y fascista a Bolsonaro, mientras cuestiona el uso de armas de su hijo. Cuando en realidad, no hay medida más dictatorial que la del desarme ciudadano que propone a cambio otorgarle al Estado el monopolio de las armas y, por tanto, de la seguridad, algo propio de nazis y fascistas.
¿Quién es el periodista?
El periodista argentino es Bruno Bimbi, doctor en letras. Bimbi saltó a la fama por un escándalo en 2009 cuando era empleado de la legisladora kirchnerista Diana Conti; quien se declaró estalinista (cabe resaltar que bajo Stalin la homosexualidad era delito federal, pues en el socialismo se consideraba que no servían para la revolución) en un exabrupto.
Por esos días todavía no había escrito sus libros referidos al matrimonio homosexual y se desempeñaba como un asesor de prensa más en el Congreso. Como en el resto de los países, el “prensero” se dedica a escribir gacetillas que resumen los proyectos de ley de sus legisladores, para buscar conseguir espacio en los medios que se hagan eco de la noticia.
Según se supo la relación era tirante, ya que, según Conti, Bimbi se vinculaba solo con medios y periodistas interesados en asuntos referidos a la comunidad homosexual. Dado que la dirigente cercana a Cristina Fernández requería una labor de prensa más amplia, existieron inconvenientes por la insatisfacción de Conti sobre el desempeño de Bimbi.
La historia no terminó en el despido del periodista, sino todo lo contrario. La desvinculación del despacho de Conti desembocó en una demanda en la justicia por parte de su exempleado. La versión de Bimbi es que cuando cobró los primeros meses, luego de haber trabajado sin remuneración por la tardanza burocrática, Conti le “quitó” más de la mitad de su dinero. Según la legisladora kirchnerista, durante los meses que la Cámara de Senadores no le abonó su salario, ella de su bolsillo le adelantó su ingreso, por lo que sólo se estaba cobrando la deuda.
Dado que Conti fue una de las legisladoras preferidas de la expresidente, esta problemática fue el final de la carrera del periodista dentro del espacio kirchnerista. No por diferencias de fondo con el modelo que terminó en 2015, sino por problemas de dinero.
Ahora trabaja desde Brasil, donde su línea marcada a la izquierda le lleva a realzar a figuras como Dilma Roussef y Lula Da Silva, removidos de sus cargos por vínculos con la corrupción, y a denostar a sus rivales con denominaciones incongruentes. Incluso publicó una nota donde acusa a Bolsonaro, aun convaleciente en el hospital, de ” incitación a la violencia contra sus adversarios” y por tanto como quien “más contribuyó para que la violencia y el odio dominasen el debate político y la campaña”.
El papelón en Twitter
El tuit de Bimbi, donde asocia a uno de los símbolos más clásicos del libertarianismo con el KKK, no pasó desapercibido. Aunque sus comentarios propios en las redes sociales no generan demasiado debate ni interés, el garrafal error dio pie a cientos de comentarios resaltando el error.
“Mi duda aquí es en qué porcentaje sos ignorante y en qué porcentaje sos mala leche”, “te haces llamar periodista y tenes menos conocimiento que un zurdo adoctrinado” o “Bolsonaro no será de mi agrado, y su hijo ni idea, pero la bandera esa es la de Gadsden. Googleá que significa porque quedaste medio ignorante”, fueron tan solo algunos de los tantos mensajes que corrigieron al periodista argentino.
Pues el periodista deja manifiesto que, pese a su carrera vinculada a la política, desconoce términos básicos. Primero, llama “nazi” y “fascista” a un defensor del libre mercado, pese a que ambas ideologías ya mencionadas lucharon ampliamente contra el liberalismo filosófico y económico.
A su vez, equipara un símbolo de libertad, de control de los ciudadanos sobre el Estado y un gobierno limitado, con el autoritarismo.
Sobre todo, como periodista, deja expuesto cómo su ideología está por encima de su labor investigativa. Pero en la era de redes sociales “nada resiste a un archivo” y así como se expone, las mentiras se aclaran.
Esta nota fue realizada con colaboracion de Marcelo Duclos
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