La derrota ideológica de Petro y el desarrollo del capitalismo (twitter)

No importa con cuantos votos pierda, Petro ya está derrotado. No importa si uno hace la aritmética que algunos de sus seguidores empiezan a usar, como mañoso argumento persuasivo, asumiendo que un voto en blanco es un voto por Duque y por lo tanto habría que sumarle los votos blancos a Duque para medir el tamaño de la derrota electoral de Petro.

No, eso no importa. Lo que realmente importa de esta campaña es la admisión tácita de la derrota ideológica de Petro cuándo afirmó que su proyecto es el desarrollo del capitalismo. 

Podría tener los mismos votos, pero si su afirmación en el debate fuera que es necesaria la implementación del socialismo, aunque sufriera una derrota electoral no habría tenido derrota ideológica, las banderas del socialismo seguirían en pie esperando mejores tiempos para llevarse a cabo.

Pero no, lo que sucedió es que Petro tuvo que admitir, sin admitirlo, que el socialismo es un proyecto fracasado y que el debate que empieza a aclararse para los futuros años es el desarrollo del capitalismo en Colombia. 

Esa admisión de derrota no es poca cosa, Petro alzó las banderas del socialismo del siglo XXI, por allá en el 2006, más o menos, cuando escribió un artículo en Lecturas Dominicales de El Tiempo dónde lanzaba toda un ensayo propagandístico sobre ese modelo. Claro, eran los tiempos de amistad entre Chavez y Uribe, y además de bonanza petrolera, él creía que se podía ser triunfalista con el socialismo del siglo XXI. 

Obviamente ahora ni defiende el socialismo, ni mucho menos el “del siglo XXI”, e incluso con mucha timidez y a duras penas hace señalamientos a la dictadura que se vive en Venezuela.

Petro, hizo la transformación que muchos socialistas hicieron después de la caida del Muro de Berlín, encontró otro marco propagandístico para ejercer el anticapitalismo, y esa fue su transición al tema de medio ambiente, en general los anticapitalistas ya sin una oferta de programa integral que supusiera algo más que la critica se ubicaron en ese espacio para mantener no solamente los señalamientos en contra del capitalismo sino, y sobre todo, para no perder su falsa imagen de superioridad moral.

Por eso es que es aún más contundente que desde ese marco anticapitalista termine afirmando que lo de él es el desarrollo del capitalismo.  

El desarrollo del capitalismo es el desarrollo de la bolsa de valores, de los mercados de capitales. 

Obviamente Petro que apenas está empezando a admitir que el tema es el desarrollo del capitalismo después de décadas de anticapitalismo tiene muchas dificultades para entenderlo, de que va, de que ha ido, y de que irá… pero por lo menos ha vuelto a poner al capitalismo en el centro del debate.

Algunos dirán que solamente por la campaña electoral, y quizás si, pero incluso si es por eso con mayor razón, Duque ni siquiera lo menciona.

Y es que hablar de capitalismo requiere precisiones, el capitalismo no es lo mismo que liberalismo político, es una condición necesaria pero no suficiente, tampoco es liberalismo económico, es una condición necesaria pero no suficiente, emerge capitalismo ahí dónde se desarrollan mercados de capitales y hay bolsas de valores dinámicas y vitales.

Así como la presencia de grandes felinos salvajes permite reconocer si la cadena alimenticia de un ecosistema es compleja, diversa y dinámica, lo mismo sucede con las bolsas de valores, permiten saber si múltiples tipos de contratos a diferentes plazos y condiciones entre una gran diversidad de seres humanos pueden desarrollarse.

Por eso es que el capitalismo reflejado en la bolsa de valores, evidencia el mayor nivel institucional de la libertad de asociación, supone una gran complejidad de acuerdos de diverso tipo entre individuos. 

Mientras que el socialismo se enfoca en la falsa existencia de un contrato social como el eje básico de la convivencia entre las personas, y por lo tanto su obsesión con las constituyentes y la regla de la mayoría, en el capitalismo la relación entre los seres humanos emerge de los contratos societarios que permiten diferentes niveles de cooperación y especialización.

Un trabajador de una empresa puede ser capitalista de su competencia a través de los mercados secundarios de los derechos de propiedad de los activos empresariales. El ciudadano de un país puede aprovechar los mejores recursos naturales existentes en otro participando como inversionista y enviando capital para innovación o desarrollo en esa otra jurisdicción.

¡Demasiados incentivos para facilitar e intensificar las sinergia del talento humano y por ende profundizar la paz en el planeta! 

 

Aguacates, Amazon y Alí Baba

Petro aunque por lo menos ya da el debate del desarrollo del capitalismo sigue en la lógica del contrato social en la que el político quiere fungir de empresario y escoger el tipo de activos que en exclusividad se tienen que crear, el ejemplo evidente es el debate a “su” propuesta sobre los aguacates .

El desafio no es sembrar aguacates es venderlos y para venderlos más importante es lo que está sucediendo con Amazon y Alí Baba que son empresas que cotizan en bolsa, y que existen, y son relevantes para la siembra de aguacates, precisamente porque están en la bolsa, que lo hacen los gobiernos.

Amazon con la compra que hizo de Whole Foods mandó una señal muy poderosa de como se va a integrar el uso de la información de los compradores desde las plataformas digitales con la selección de proveedores de alta calidad en una escala global.

Al hacerlo resaltó una claridad muy antigua pero que cada cierto tiempo hay que recordar: el comercio no es entre paises es entre multinacionales.  Para quienes viven ansiosos por su identificación tribal y andan obsesionados en la búsqueda de un contrato social redentor para la especie esta afirmación puede chocar, pero en el desarrollo del capitalismo es una consecuencia evidente de la potencia de los contratos societarios especializados. 

Hay posibilidades intermedias, claro, como la campaña de ProMéxico en el portal Alí Baba para vender aguacate mexicano, pero el uso de la plataforma de la empresa listada en bolsa china por parte de la entidad gubernamental promotora del comercio exterior del pais azteca, solo expresa aún más el rezago de una institución precapitalista frente a una capitalista.

La expresión del desarrollo capitalista del sector de aguacates en Colombia, o en cualquier país, pasa más por la capacidad de estructurar contratos societarios expresados en los mercados de capitales desde algún grupo de promotores empresariales que por una oficina burocrática estatal aunque la dirija el más competente y hábil vendedor de aguacates del mundo… porque incluso él tendrá que comercializar la producción a través de multinacionales listadas en bolsas de valores.  

 

El desarrollo del capitalismo desde Colombia

Ahora bien el mayor desafío de opinión pública para ese desarrollo capitalista es transformar una extendida mentalidad de renta fija a una más ampliada mentalidad de renta variable, y por lo tanto, asumir mucho más los riesgos de esos contratos societarios que listan en las bolsas de valores para poder tener también acceso a las recompensas sociales y económicas de aprovechar las oportunidades. 

El primer paso es admitir que es importante acumular capital, una afirmación de perogrullo pero que parece necesaria cuando algunos apenas empiezan a desenradarse las telarañas intelectuales de quienes, como Petro, han pretendido que el socialismo puede funcionar en Colombia.  

Quienes atacan el capitalismo han asumido que la acumulación de capital es mala en si misma, lo cuál es una contradicción porque nada más importante para superar la pobreza que, precisamente, acumular capital.

De hecho el capitalismo se desarrolló precisamente porque muchos pequeños ahorros lograron su integración societaria para facilitar la creación de cada vez más especializados y productivos bienes de capital. O dicho de otra forma, las bolsas de valores se crearon precisamente para que grandes capitales se pudieran integrar a partir de pequeños capitales… y que el valor de las acciones de los socios mayoritarios dependieran del precio que estén dispuestos a pagar los accionistas marginales.  

Gracias a la dinámica de las bolsas de valores es que hay personas que pueden crear empresas que en relativo poco tiempo introducen maravillosos descubrimientos científicos, innovaciones tecnológicas y propuestas culturales con impacto planetario. No son programas estatales, no son funcionarios gubernamentales, no son consultores tecnocráticos de organizaciones no gubernamentales. 

Son grupos de seres humanos que gracias a las diferentes fases de los contratos societarios con sus incentivos de recompensa y riesgo van abriendo nuevas posibilidades a una velocidad y escala impresionantes.

 

Desafortunadamente muchos han confundido desarrollar el capitalismo con privatizar empresas estatales, que por supuesto hay que hacerlo, pero eso no es ni suficiente ni lo principal, por ejemplo la venta de acciones de Ecopetrol sirvió más como una forma de financiamiento al estado que para aprovechar el mercado de capitales para potenciar múltiples proyectos minero-energéticos.

Por ejemplo, acudiendo a una propuesta de Petro, para el desarrollo del capitalismo,  más que convertir a Ecopetrol en una empresa de paneles solares, es más importante que diferentes tipos de empresarios de paneles solares puedan apoyarse recaudando el capital en la bolsa de valores para expandir sus corporaciones tanto en los mercados nacionales como internacionales.

Tampoco es cierto que el único camino posible sea esperar a que las grandes empresas colombianas que no listan en la bolsa de valores de Colombia emitan, quizás hay demasiada expectativa en que empresas de muchos años y tamaño relevante emitan acciones, sin embargo empresas que han sido gerenciadas por tanto tiempo en una cultura ajena al escrutinio público difícilmente lograrán de un momento a otro implementar el gobierno corporativo mucho más expuesto al debate periodístico especializado y no especializado que requiere el participar en los mercados de valores. 

Luego el desarrollo del capitalismo desde Colombia no tiene que poner tantas expectativas en la bursatilización de activos evidentes, los gubernamentales o de las dinastías familiares, sino al contrario, orientarse hacia procesos de mayor riesgo pero también de mejor fortuna, que ha sido de hecho, el mejor uso de la bolsa de valores y lo que creó la verdadera victoria del capitalismo.

Las empresas que mejor van a canalizar el talento humano desde Colombia están por crearse. Los sectores, los mercados y los bienes y servicios de talla mundial, por descubrirse.

Quizás la admisión tácita de la derrota ideológica por parte de Petro al admitir que la agenda en la que hay enfocarse es el desarrollo del capitalismo sea un síntoma de algo más profundo y espectacular que el miedo al desastre del socialismo…  quizás sea la aparición de una ambición creativa nunca antes vista por estas tierras. 

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