Juan Carlos Martínez Sinisterra es uno de esos hombres siniestros que sin importar haber sido condenado por corrupción, por parapolítica y acusado de un sinnúmero de delitos más, sigue campante manejando gran parte de la política del Pacífico colombiano.
Después de pagar una pírrica condena por sus múltiples delitos, Martínez Sinisterra está de regreso para en cuerpo ajeno, volverse a apropiar ya en persona de lo que nunca dejó de ser suyo. El candidato de bolsillo de este delincuente es Daniel Garcés Carabalí, hombre que aspira a la Cámara de Representantes por la Circunscripción Especial de negritudes y que de ser elegido, seguro llegará a ser su contacto principal dentro del congreso para seguir desfalcando al Estado colombiano.
Poca resistencia recibe el poderoso zar de la corrupción en el Pacifico para conseguir esta curul, la única que trata oponerse con fuerza al poderoso expolítico, es la exsenadora Piedad Córdoba con su movimiento Poder Ciudadano, pues es el camino que miles de personas en Buenaventura y Quibdó parecen estar tomando para detener la avalancha de corrupción que se les vendría encima si la ficha de Martínez Sinisterra llega a ese cargo.
Por el momento la justicia mira impotente cómo este hombre que tanto daño le ha hecho a gran parte del país continúa haciendo de las suyas como si nada mientras personas honestas y preparadas quedan relegadas en el intento por trabajar en pro de su región y su cultura.