“Han perdido la racionalidad, el sentido, están llegando a niveles que difícilmente lo ves en la historia de nuestro país, atacando a gente que está llegando de manera pacífica” (Wikimedia)

La represión por parte del régimen de Daniel Ortega y de sus fuerzas de choque ya llegó al punto de profanar un templo religioso y atacar obispos, sacerdotes, incluyendo a periodistas y defensores de derechos humanos que se encontraban en el lugar para participar en una peregrinación convocada por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) para pedir el fin de la violencia.

La agresión ocurrió una vez llegó la delegación de la CEN a la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba; como en una emboscada, unos 200 encapuchados paramilitares esperaban en el lugar junto a decenas de policías (algunos también con los rostros tapados) para luego irrumpier en el tempo católico con insultos y agresiones.

Sin ningun respeto hacia el ritual religioso, las fuerzas de choque entraron amenazando con pistolas, machetes y morteros artesanales, robaron cámaras, destruyeron teléfonos de varios medios y periodistas, arrebataron insignias episcopales e incluso golpearon a varios de los que allí se encontraban, incluyendo al nuncio Stanislaw Waldemar Sommertag, al cardenal Leopoldo Brenes, y al obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

“Ahora ha quedado al desnudo cuál es la verdadera cara que ha tomado el Gobierno“, opinó  el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri; y es que amedrentar a la jerarquía católica que solo ha tratado de mantener el orden, la seguridad y la paz en el país, revela el nivel de descaro e impunidad al que está llegando el régimen.

Durante los casi tres meses de protestas antigurbernamentales, la violencia desmedida ha dejado más de 300 muertos (entre ellos 25 menores de edad) y numerosos heridos en todo el país , y aunque esta crifra revela la crueldad del régimen, Ortega había estado tratando de hacer creer que son los manifestantes los que han iniciado los enfrentamientos y que él y su gobierno solo quieren paz.

Sin embargo, tras el ataque de ayer debería quedar más que claro, no solo a nivel nacional sino también internacional, que los generadores de la violencia son las fuerzas de choque comandadas por Ortega.

“Han perdido la racionalidad, el sentido, están llegando a niveles que difícilmente sen han visto en la historia de nuestro país, atacando a gente que está llegando de manera pacífica”, manifestó Aguerri.

Por su parte, los religiosos han recordado que el ataque sufrido el pasado lunes 9 de julio no se compara con lo que ha sufrido el pueblo nicaragüense a lo largo de esta crisis sociopolítica, por lo que reiteró el apoyo de la Iglesia a la sociedad civil.

Suspenden diálogo tras ataque a religiosos

Por más que la administración de Ortega insista en que tiene disposición de solucionar la crisis mediante un diálogo, hasta ahora no los ha demostrado, sus constantes ataques a la población, el silencio ante la propuesta de democratización realizada por los obispos, entre otras acciones, han evidenciado que no tiene intención de ceder.

A pesar de todo los obispos esperaban conseguir algún avance a través de las negociociones, pero tras el reciente ataque, la Iglesia, mediadora y testigo del diálogo, decidió suspender las mesas de trabajo y ahora el episcopado de Nicaragua evaluará si continúa con el diálogo nacional.



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