Fincas, ganado, dinero y una vida llena de lujos, son las excentricidades más comunes de los denominados patrones narco y al parecer es un adjetivo calificativo que disfruta le sea adjudicado Arnulfo Gasca, pues este político, ganadero o patrón -ya no se sabe- busca desesperadamente un aval para llegar a la Gobernación de Caquetá y su manera más rebuscada fue con un video narco-corrido.
Quizás continuar con la influencia narco de telenovelas que tanto ha perturbado a la población no sólo colombiana, sino en todo el mundo, es lo que más quiere Gasca que perpetúe en el tiempo y por ello quiso hacerse famoso con aquel deprimente “Patrón de Patrones”, personaje que sin duda alguna es símbolo del tráfico de drogas.
Ahora bien, su candidatura ¿Centro Democrático o Partido Conservador?
Ambas toldas políticas le han dejado en visto el mensaje que por diferentes medios Gasca les ha enviado, con una actitud un bastante bipolar y camaleónica.
Primero, en el 2017 intentó hacer una alianza con el Partido verde para apoyar al exdiputado Luis Antonio Ruiz Ciceri a la Cámara, pero en un comunicado la tolda conservacionista rechazó tal unión y solicitó al veedor nacional que investigue a Arnulfo Gasca por transfuguismo partidista y doble militancia.
Luego, en este año electoral intentó asomar su nariz en el Centro Democrático, pero el partido lo negó, entonces “el Patrón de Patrones” –como le gusta que lo llamen- no tiene aval y mucho menos una aspiración concreta, muy común para él, pues sólo ha tenido tres de tres intentos fallidos: para el Congreso y la Gobernación.
Sí, todo un veterano, pero de fracasos, por lo que quiere prepararse para otro más, ya que Caquetá quiere un cambio, quiere que políticos que se hacen llamar tradicionales como Gasca, dejen las habladurías, de hacer el ridículo en videos y asuman los verdaderos problemas de la región.
Los caqueteños quieren progreso, desarrollo, empleo, no quieren un gobernador que por farándula idolatre las prácticas ilícitas y luego quiera vender un arrepentimiento fingido, porque el Caquetá no está para equivocaciones.
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