La congresista Claudia López no solo ha sido protagonista en la vida pública nacional por sus innumerables escándalos, su falta de respeto para dirigirse a todo aquel que piensa diferente a ella, sus constantes contradicciones y mentiras refiriéndose a temas como la paz y la corrupción, sino que además tiene un pasado cuestionable que la justicia y los organismos de control parecen haberse negado a investigar.
Claudia López antes de ser congresista y de trabajar para ONGs, en las cuales se enriqueció de forma desmedida gracias a supuestas investigaciones que en la mayoría de los casos terminaron en acusaciones falsas, hizo también parte de la pasada alcaldía de Enrique Peñalosa en la manejaba todas las contrataciones del distrito a su antojo. De sus actuaciones en dicha alcaldía se recibieron diferentes denuncias pero por poco o nada hicieron los organismos encargados de investigar y sancionar al respecto.
Pero su talante politiquero y siempre arrodillado al mejor postor se dejó ver también en la alcaldía de Gustavo Petro, pues la doctora Claudia pasó de ser contratista y partidaria del gobierno de Enrique Peñalosa, a apoyar al burgomaestre exguerrillero de forma incondicional, y hasta con gritos y banderas en la Plaza de Bolivar, aún sabiendo que este representa todo lo opuesto a su expatrón.
Pero claro, fiel a su carácter acomodado y buscando siempre mantenerse cerca del poder, la senadora López, quien en las pasadas elecciones en la capital se estaba inclinando por el candidato Rodrigo Pardo que inicialmente figuraba como favorito a ganar la contienda, terminó acomodándose de nuevo a Peñalosa, ahora uribista y enemigo político número uno de Gustavo Petro y quien al final terminó ganando la Alcaldía. Tampoco le ha importado a la Doctora Claudia el apoyo incondicional que siempre ha recibido Peñalosa del Centro Democrático, partido que ella ha acusado de paramilitar desde sus inicios; ella siempre permaneció firme ahí, al lado del alcalde capitalino hasta la semana pasada que decidió voltearse de nuevo y empezar de forma sorpresiva a criticar su gobierno. Solo el tiempo nos dirá que cuota política perdió la congresista en dicha administración, o que exigencias personales le está haciendo al gobernante, o que problema personal tuvo con él para abandonar el barco en el que tan incondicionalmente ha ido montada todo este tiempo.
Antiuribista, antisantista, peñalosista, petrista, santista, de nuevo peñalosista, amiga de políticos uribistas, amiga de la paz, enemiga de la paz y de nuevo amiga de la paz y ahora antipeñalosista… En fin, así es Claudia López, va saltando de bando en bando, de idea en idea según como mejor le vaya pintando el panorama personal a ella y a los suyos. Es evidente que la senadora anti-política terminó siendo la más politiquera y acomodada de todas.
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