A más de un año de las elecciones presidenciales, empezó informalmente la campaña y de qué manera. Si bien ningún peso pesado se ha lanzado al agua oficialmente, ya Humberto de la Calle arrancó tirándole puyas a quien seguramente ve como su máximo oponente en esta contienda, su todavía compañero de gobierno, Germán Vargas Lleras.
De la Calle, fiel a su estilo rancio de hacer política empezó evadiendo el debate que hoy por hoy debe concentrar al país, el de cual es la persona más preparada y con mejores ideas para gobernar a Colombia, y no con ataques personales y sin trascendencia como el que lanzó ayer contra el vicepresidente Vargas Lleras por el coscorrón que hace unos meses este le propinó a un escolta.
Más importante que una salida en falso como la que tuvo el líder de Cambio Radical, es mirar las hojas de vida de todos los candidatos, su pasado, su historia en el sector público y su capacidad para sacar adelante los proyectos que necesita el país, y obviamente en las mejores condiciones posibles para el pueblo. No como el acuerdo de paz con las Farc que lideró el mismo de la Calle, que más que el resultado de una negociación, fue el producto de una extorsión hacia el Estado colombiano a la cual accedimos sin chistar y sin vergüenza alguna.
Además, Humberto de la Calle no tiene el pasado más limpio que digamos como para venir a juzgar a sus oponentes. Cuando era estudiante en su natal Manizales, su universidad, por considerarlo un joven «subversivo» le quitó la beca a la que tenía derecho. Desde ese entonces inició una carrera política que lo ha llevado a ser partícipe de muchos de los peores gobiernos de Colombia, empezando por el de Gaviria, y posteriormente llevando su ética y decencia a los más bajo que se pueda llevar, en el de Samper, siendo nada más y nada menos que su vicepresidente, y obviamente, ficha clave de la campaña previa «Samper Presidente» y por supuesto, cómplice y partícipe activo de lo que el país conoció como el proceso 8.000. Si, de la Calle, quien hoy posa de impoluto ante medios nacionales e internacionales y saca pecho como un pavo real por el mediocre resultado de las negociaciones con las Farc, fue el segundo al mando de la campaña que recibió millones de dólares del Cartel de Cali para que una vez llegados al poder, tumbaran la extradición.
Por está misma época el exvicepresidente de la mafia se hizo también cercano al gobierno cubano. En diversas ocasiones posó sonriente para fotografías al lado del exdictador Fidel Castro, y fue así como se convirtió en una de las personas en las que siempre confiarían los líderes de las Farc, su afinidad ideológica y ética serían claves para llevar a la organización criminal a la política nacional sin pagar un solo día de cárcel.
Doctor de la Calle, desde este portal lo invitamos a que exprese sus ideas y propuestas de una forma coherente y respetuosa, pues no es usted la persona más idónea para recordarle a sus contrincantes los errores que estos pudieran haber cometido en el pasado.
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