Carlos Adolfo Roca, alias “Bon Ice”, es conocido en la alta clase criminal colombiana por haber sido durante años uno de los “lavaperros”, y el testaferro de cabecera del extraditado jefe paramilitar, Salvatore Mancuso.
Roca se ha sabido mover siempre en el bajo mundo. Posando de empresario y ganadero, gracias a los bienes que heredó de Mancuso, se pavonea por Montería y la costa como cualquier millonario trabajador y decente. De esta forma ha evadido siempre a las autoridades y ha logrado salir ileso de las múltiples investigaciones en su contra.
Ahora alias Bon Ice, no conforme con el dinero que ganó de la mano del paramilitarismo, el tráfico de drogas, y las múltiples masacres con las que Mancuso y personas como él se hicieron a las tierras que hoy poseen, se ha dedicado a estafar personas del común.
Acostumbrado a manejar un lujoso carro y siempre Vestido de forma impecable, Carlos Roca convence a cualquiera de invertir con él en nuevos proyectos y negocios. La gente inocente de todo su pasado delictivo, cae cautiva por sus promesas de éxito pero al final, todo desaparece. No hay negocio y no hay dinero.

Cuando sus víctimas deciden investigar o se disponen a denunciarlo ante la fiscalía, se dan cuenta de sus estrechos lazos con la mafia y el paramilitarismo y todo se cae: primero la vida que el dinero.
De esta forma es que Carlos Adolfo Roca sigue haciendo dinero. Bajo los beneficios que implica llevar tras de si el nombre de Salvatore Mancuso, y sin que la fiscalía lo persiga, alias “Bon Ice” anda campante por el país estafando gente sin quien se atreva siquiera a denunciarlo.