La semana pasada la Federación de Ciclismo eligió sus directivas para los próximos cuatro años. Esta vez la votación se salió de los salones deportivos para terminar enfrentando, en medios, a Nairo Quintana con Mariana Pajón, y en la que los dos lados hablan de intervenciones de políticos como el alcalde de Barranquilla Álex Char, el presidente Juan Manuel Santos y el ex presidente Álvaro Uribe.

Hace unos meses, Nairo Quintana empezó a mover una idea: cambiar la dirigencia de la Federación, que maneja un poder considerable tanto económico como político porque muchos jóvenes se benefician con sus escuelas. Ese cambio se da cada cuatro años, cuando las cabezas de las ligas departamentales (más la de las Fuerzas Armadas) eligen a los siete miembros del Comité Directivo, incluído su presidente.

La Federación lleva 16 años manejada por un grupo de dirigentes que inicialmente encabezó el empresario vallecaucano Ettore Sangiovanni, gerente de Café Aguila Roja, y que se ha mantenido en el poder, aunque con cambios importantes. Y en esos cambios está el gérmen de la pelea.

Sangiovanni, quien llegó a la presidencia de su consejo directivo en 2001 y cuando la Federación estaba en muy mal estado por deudas y mala administración, duró ocho años en el cargo. En todo ese tiempo tuvo como uno de sus vicepresidentes a quien hoy es el hombre fuerte de la Federación, el antioqueño Jorge Ovidio González.

Después de esos años como vicepresidente, en 2009 González pasó a presidir la Federación. Como la reelección ya no está permitida, hace cuatro años González puso de presidente a su amigo, el antioqueño Ramiro Valencia Cossio (hermano del dirigente uribista Fabio Valencia), y luego al caldense Agustín Moreno Aristizábal, ex miembro del directorio departamental de Cambio Radical.  González, lejos de perder poder, fue elegido por ese comité como gerente de la Federación, y ahora volvió a ser su presidente.

“Durante 16 años he estado como vicepresidente, presidente, gerente y de nuevo presidente”, le resumió González su trayectoria a La Silla. “Ahora soy vicepresidente de la Unión Panamericana de Ciclismo, y estoy postulado por el Continente para llegar al buró de la Unión Ciclística Internacional”.

”Durante 16 años he estado como vicepresidente, presidente, gerente y de nuevo presidente”

JORGE OVIDIO GONZÁLEZ

Frente a ese poder surgió un grupo liderado por el ex alcalde de Tunja Fernando Flórez, quien como director de la liga de Boyacá apoyó a Nairo en sus inicios y fichó rápidamente al ciclista, hoy convertido en ídolo tras haber ganado el Giro de Italia en 2014 y la vuelta a España en 2016, entre otras victorias.

Flórez y Nairo se la jugaron por presentar para el consejo una plancha de empresarios que han tenido relación con el ciclismo, incluyendo al mismo Sangiovanni, pero que de forma inusual solo incluía un antiguo dirigente de liga, Flórez.

Los otros eran el presidente de Probogotá, Luis Guillermo Plata (quien como ministro de Comercio impulsó el patrocinio al equipo entonces llamado Colombia es Pasión); el presidente de Movistar Colombia, Alfonso Gómez (Movistar patrocina un equipo, en el que corre Nairo); el presidente de Hyundai Colombia, Gustavo Lenis (quien estuvo en el Consejo Directivo cuando Sangiovanni fue presidente).  Al final. salió Plata y entró Martha Jaramillo, esposa del presidente de Alkosto Manuel Santiago Mejía.

Esa plancha era disruptiva porque solo Flórez ha sido dirigente deportivo. Pero compensaba con los vínculos de todos ellos en el ciclismo y la esperanza de reactivar un equipo nacional de ciclismo.

En la otra orilla, González buscaba volver a la presidencia, en una plancha de continuidad.

Con él, estaban el ex presidente de la liga del Valle Hernando Zuluaga; el ex comandante de la Policía Rodolfo Palomino; Orlando Arroyo; Mauricio Vargas (homónimo del columnista); Moreno; y Carlos Mario Pajón, el padre de la medallista olímpica Mariana Pajón.

Entonces, si de un lado estaba la gran estrella del ciclismo de ruta, del otro lado figuraba indirectamente la ídolo del BMX. Y la pelea empezaba a salir de los corredores a los medios. Incluso el viernes antes de la elección, hecha en una asamblea extraordinaria citada de afán, Pajón envió un guiño discreto de apoyo a González y su grupo

El domingo antepasado El Tiempo contó la disputa entre los dos grupos.  Lo que no contó es que la pelea había escalado hasta altas esferas de la política.

Entran los políticos

La puja entre los grupos de Flórez y González se calentó tras el regreso de vacaciones, y pasó a espacios políticos.

El primero en aparecer fue el alcalde de Barranquilla, Alex Char, con una reunión que pasó desapercibida por lo discreta pero que era un mensaje fuerte para los involucrados

Así Char dio un mensaje de cercanía al grupo de Nairo, algo que según tres fuentes de los dos lados mostró que la pelea iba en serio porque ya involucraba a pesos pesados de la política como el Alcalde, que es muy cercano al vicepresidente Vargas Lleras.

Según tres fuentes del lado de Nairo, sus rivales empezaron a sentir pasos de animal grande y por eso se movieron por el lado en el que son más fuertes: los presidentes de ligas. González empezó a prometer bicicletas para las ligas más pequeñas, como la de Amazonas o La Guajira, para así asegurar su apoyo.

A eso González responde que lleva 16 años haciendo justamente eso, y no solo en tiempos de elecciones.

“A algunos del otro lado les choca que yo gaste plata en uniformes para las ligas, en capacitar sus jueces, en enviar a sus dirigentes a competencias en el exterior donde pueden aprender,” le dijo a La Silla “Pero eso es gestión, así es como el ciclismo ha crecido y hoy tiene 54 eventos al año y logró 586 medallas (256 de oro) en este ciclo olímpico”

Mientras tanto, el superpoderoso del ciclismo se queja de que los aliados de Nairo empezaron a politizar la elección. “La pelea siempre había sido de dirigente vs. dirigente” le dijo a La Silla González. “Ellos llamaron a alcaldes, gobernadores, gente del gobierno, ex ministros y ministros ¿Qué le dijeron a Alex Char, al gobernador de Cundinamarca? Nosotros hicimos campaña solos”, explica.

La Silla supo que Quintana incluso contactó al ex presidente Álvaro Uribe para pedirle ayuda, y que Uribe delegó a uno de sus asesores en el Congreso, Hernán Cadavid, quien antes de entrar a hacer política era ciclista, compañero de algunos de los ciclistas jóvenes hoy conocidos. Y Cadavid se acercó a un par de gobernadores para tratar de explicarles la situación y que le ayudaran.

Aunque los gobernadores no pueden votar, sí pueden servir en una campaña de este tipo porque las ligas dependen, en gran medida, de los recursos de los institutos departamentales de deportes. Por eso, tener a gobernadores de su lado podía servir para compensar el apoyo de las ligas a González. Sin embargo, este esfuerzo fue infructuoso.

Al final, a la votación del martes pasado ni siquiera llegaron Flórez y los demás miembros de la lista. Y González ganó con 22 de los 25 votos: solo se opusieron Boyacá (por Flórez), Bogotá y Magdalena.

¿Que pasó? Según González, nada: siempre tuvo el apoyo de las ligas.

En cambio, del lado de Nairo señalan que faltando tres días tenían 16 de las 23 ligas que podían votar de su lado. Pero que en esos últimos días todo se desarmó y los votos de Atlántico, Cesar, Guajira, Sucre, Meta y Fuerzas Armadas -entre otros- terminaron con González. Dicen que ese cambio se debió al lobby de la directora de Coldeportes, Clara Luz Roldán, con las ligas.

Para demostrarlo, muestran este chat de Roldán con el presidente de la Liga de La Guajira, en el que la directora de Coldeportes acepta ayudarlo.

Dicen que el puente fue Hernando Zuluaga, el aliado de González que es amigo de Roldán y fue presidente de la Liga del Valle.

Roldán niega cualquier intervención.

Le aceptó a La Silla que es amiga de Zuluaga, a quien conoció cuando era secretaria del deporte de Rodrigo Guerrero en Cali y dijo que éste se le acercó para proponerle que sacaran adelante el mundial de pista. Lo hicieron y en 2014 esa competencia se hizo en Cali.

Pero le explicó que esa amistad estaba encima de la mesa. “Yo me reuní con los dos grupos, que me pidieron cita. Y a Flórez y sus amigos les acepté mi amistad con Zuluaga pero les recordé que también tengo cercanía con Lenis y Sangiovanni, también vallecacuanos”, dijo. La Silla verificó y efectivamente Roldán trató ese punto con el grupo de Nairo y aceptó esa relación.

La directora de Coldeportes también le restó importancia al chat de whatsapp.

“A mí me escribió el presidente de la liga de La Guajira a pedirme que le apoyara con una carrera, hace como 8 o 10 días, y yo le dije que claro que lo apoyaba, especialmente a ese departamento que necesita mucho de la ayuda de todos”, explicó Roldán. “Yo no sé si alguien lo estaba utilizando, pero fue el único que me preguntó ese tipo de cosas en estos días. En todo caso ¿solo con esa liga voltearon una docena de votos?”

”El Presidente me llamó y conversamos, pero estuvimos de acuerdo en que era una elección privada”

CLARA LUZ ROLDÁN

Además, explicó que Coldeportes no hace convenios con las ligas, sino con las federaciones, y que por eso no le ha dado nada a ninguna liga.

Pero le reveló a La Silla un detalle que muestra hasta dónde terminaron tratando de meter a los políticos en la elección: el presidente Juan Manuel Santos la llamó para contarle que se habían acercado del lado de Nairo para que interviniera.

“Me llamó y conversamos, pero estuvimos de acuerdo en que era una elección privada”, dijo. “Coldeportes es quien supervisa a las federaciones, así que nos cuidamos en intervenir, y en cambio enviamos a la subdirectora de inspección, vigilancia y control para revisar la asamblea”.

Efectivamente, allá estuvo. Y ahora es probable que tenga que decir formal y detalladamente qué pasó, porque Flórez le dijo a La Silla que va a impugnar la asamblea ante Coldeportes, pues a su juicio se debió hacer en una reunión ordinaria, y solo después de que González presentara su informe de gestión como gerente (algo que no ha hecho y que le dijo a La Silla que hará en la asambela ordinaria de abril).

Por eso la pelea amenaza con terminar, como tantas otras, en manos de los abogados. Pero lo que sí se sabe es que los políticos salieron del panorama tan rápido como entraron: solo estuvieron en el embalaje final de la elección, y los dirigentes tradicionales se quedaron con la camiseta amarilla.