La política colombiana se parece cada vez más al juego de las ferias en donde hay que golpear con un martillo al muñeco que saca la cabeza en el menor tiempo posible. Y tanto la Fiscalía que representa los intereses del Vargasllerismo, como el portal uribista del cuestionado periodista Enesto Yamhure, se han confabulado para caerle al codirector del Partido de la U Armando Benedetti, con un testigo falso. La labor de Benedetti en favor de los acuerdos de Paz han molestado seriamente tanto a uribistas como a los de Cambio Radical, que para nadie es un secreto que mantienen un pie adentro y uno afuera en el tema de los acuerdos de paz en La Habana. La estrategia de desprestigiar mediante el uso de un testigo falso al que la Fiscalía le prometía libertad a cambio de que empapelara a Benedetti ha tenido un extraño eco en algunos medios que tienen sus preferencias marcadas hacia Germán Vargas Llleras. Y tanto Yamhure como la Fiscalía han servido prácticamente en bandeja de plata la cabeza del senador Benedetti pra colocarlo en la picota pública ahora que se avecinan las primeras de cambio de cara a las presidenciales del 2018. Benedetti que no ha ocultado sus intenciones de aparecer en el partidor para estas elecciones ha comenzado a recibir el palo de los francotiradores uribistas y de los estamentos que ya han apuntalado su apoyo al hoy vicepresidente. Armando Benedetti amenaza con volverse la piedra en el zapato para una candidatura de Germán Vargas Lleras. No solo por que se ha destacado como un caribeño con gran acogida mediática sino porque cualquiera que aspire a la presidencia sabe que la costa decide, como bien lo sentenció hace muchos años el expresidente Alfonso López Michelsen. Benedeti irreverente y carismático es profeta en su tierra y eso evidentemente preocupa a los señoritos, como llama Angelino Garzón a los líderes de Cambio Radical. Benedettí además se ha metido en el interior y ha osado desafiar las elites bogotanas que consideran que la capital es su santuario. Por eso no es raro que ahora la guerra sucia se traslade a las aspiraciones presidenciales con vistas al 2018

 

EDITORIAL HPS