No nos llamemos a engaño: el 17 de julio Venezuela seguirá existiendo, junto con sus innumerables problemas de escasez de alimentos y medicinas, con los más altos niveles de violencia e inseguridad ciudadana conocidos, con sus instituciones invalidadas o secuestradas por el Ejecutivo, y con el mismo régimen opresor que lleva más de 100 muertos en poco más de cien días de protestas opositoras que buscan recuperar la democracia.

Lo anterior vine a colación por los altos niveles de confusión que  existe hoy por hoy en la convulsa Venezuela, cuyo origen podemos ubicar en ambos lados  de la contienda política. Me explico: si bien ya conocemos al régimen madurista, que ha hecho de la mentira y la  manipulación una de sus mejores armas, muy bien asesorado por el G2 cubano, es lícito  acotar que del lado opositor también está existiendo una suerte de cacofonía  que abruma a esa inmensa mayoría que hoy se siente acogotada,  no solo por las cuantiosas dificultades a las que a diario está sometida, sino por los numerosos y a veces contradictorios mensajes que dificultan “separar la paja del trigo”.

Estas últimas dos semanas han sido pródigas en acontecimientos que retratan a la perfección el estado demencial al que ha llegado el régimen de Maduro. Por una parte la insólita y bárbara arremetida de grupos chavistas que asaltaron la Asamblea nacional, ocurrida el mismo día de la celebración de la Independencia de Venezuela , cuando fueron salvajemente agredidos con tubos y palos varios diputados opositores, con la anuencia de la guardia nacional que no contuvo a las hordas sino hasta último minuto.

 Si bien Maduro condenó el hecho, pretendiendo hacer creer que no estaba informado de lo que acontecía, mientras mantenía silenciados a los medios de comunicación  en una “cadena” que imposibilitada el real conocimiento de los hechos, es de todos conocidos la tácita aprobación presidencial a estos hechos, cuando no los impulsa con su discurso violento y  odio.

Aún estaban frescas las heridas de los diputados cuando los venezolanos despertaron con la inesperada noticia  del traslado a su casa de Leopoldo López, el preso político de mayor relevancia y más incómodo para el régimen, quien en horas de la madrugada recibió un sorprendente arresto domiciliario.

Miles han sido las conjeturas y análisis acerca de los reales motivos de tal decisión, aunque queda claro que el gobierno debió recibir tal nivel de presión internacional e interna, con las constante protestas ciudadanas y el abultado número de fallecidos, heridos y detenidos, que Maduro creyó necesario “lanzar un hueso”  al mundo opositor, en un intento de disminuir el cada vez más creciente levantamiento popular.

Como si ello fuera poco, el enfrentamiento entre la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz y el grupo de Maduro no disminuye, muy por el contrario, pues el régimen, que mantiene bajo sus órdenes el Tribunal Supremo de Justicia, inició un ante juicio contra la alta e incómoda funcionaria, con miras a su pronta destitución, medida que ya fue desestimada por Ortega Díaz, quien ya declaró que en caso de producirse, lo que es previsibles, no la acatará.  Un nuevo choque de trenes para este precario régimen.

En medio de ello, justo es decirlo, la dirección política de la oposición, agrupada en la Mesa de Unidad Democrática, MUD, luce un tanto errática, con marchas y contramarchas en sus decisiones, lo que, unido a unas desafortunadas declaraciones de la esposa de López, la combativa Lilian Tintori, ha hecho encender  las redes sociales, donde hoy por hoy no queda claro si los ataques y críticas provienen de las propias huestes democráticas o de los “maduristas”, tal es el tono y vigor de las críticas e insultos.

Así las cosas, el país se apresta a celebrar el domingo 16 la Consulta Popular organizada por la MUD para preguntar a los venezolanos sobre su aceptación del gobierno de Nicolás Maduro, su parecer sobre la ilegal Asamblea  Nacional Constituyente propuesta por el gobierno y sobre el papel de la Fuerza Armada, al tiempo que el régimen, siempre reaccionario a las iniciativas opositoras, convocó para el mismo día a un simulacro sobre la votación de la constituyente que pretenden imponer.

A pocos días de celebrarse esa votación para la Constituyente, no prevista en nuestra Carta Magna, pero que para algunos analistas es irreversible, veremos la instalación definitiva de una dictadura comunista violatoria de todas las normas democráticas, que nos llevará al ahogamiento definitivo de la oposición. Pero ello no ocurrirá sin que la mayoría democrática del país se levante nuevamente contra estas iniciativas gubernamentales, lo que traerá, sin duda, mucho más violencia, muertes y represión.

Ya Maduro no teme ser tildado de dictador. Su único objetivo es permanecer en el poder, junto a su camarilla de corruptos. Por ello es importante que los grupos opositores se mantengan alertas y combativos, que no se creen falsas expectativas sobre la inminente salida del régimen, que no se crea que con Leopoldo López en su casa la Constituyente no va y que, por el contrario, el país debe encontrar vías para iniciar una negociación que permita el reencuentro entre venezolanos y caminos para la reinstitucionalización de la república.

FUENTE: PAN AM