El presidente ruso, Vladímir Putin, ha promulgado la polémica ley que despenaliza la violencia machista, siempre que el agresor no sea reincidente en un plazo de un año, proyecto que ha sido muy criticado por los activistas de derechos humanos. Ahora, las agresiones que causen dolor físico, pero no lesiones, y dejen moratones, arañazos o heridas superficiales a la víctima no serán consideradas un delito, sino falta administrativa.

La legislación reduce las agresiones contra familiares a una ofensa civil en lugar de un delito criminal en primeras instancias, cuando la víctima no ha sufrido daños graves. La alarma ha saltado entre los activistas de los derechos de las mujeres que temen que la nueva normativa aliente los abusos.

Sólo cuando el agresor vuelva a golpear al mismo familiar en el plazo de un año podrá ser procesado por la vía penal y castigado con la cárcel, siempre y cuando la agredida logre demostrar los hechos, porque la Justicia no actuará de oficio en estos casos.

Los autores de la iniciativa -dos diputadas y dos senadoras de Rusia Unida, el partido del presidente ruso- argumentan que tan sólo quieren despenalizar las palizas que no ocasionen daño a la salud de las víctimas y proteger el derecho de los padres de disciplinar a sus hijos a la vez que reducen la capacidad del Estado de intervenir en la vida familiar.

«La descarada injerencia en la familia» por parte de la Justicia «es intolerable», dijo Putin a finales de 2016 en su rueda de prensa anual al responder a una activista que le preguntó sobre la conveniencia de acabar con una ley que permite «encarcelar a un padre por unos cachetes en el culo que el niño se ha merecido».

Ante las fuertes críticas que despertó la ley en Rusia y en el extranjero, el Kremlin llamó a no confundir los conflictos familiares con la violencia doméstica. «Hay que diferenciar claramente las relaciones familiares de los casos de reincidencia. Si se lee el proyecto de ley, uno se da cuenta de que los casos de reincidencia sí acarrean responsabilidad» penal, dijo Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin.

El presidente de la Duma, Viacheslav Volódin, consideró inaceptables las presiones por parte del Consejo de Europa, que se dirigió por escrito a ambas cámaras del Parlamento ruso para expresar su preocupación.

Los defensores de la ley consideran que el proceso administrativo acelera los trámites a la hora de denunciar y, al mismo tiempo, no impide al agresor rehacer su vida, ya que la ley no le inhabilita para ejercer cualquier profesión. Además, en caso de reincidencia en el seno familiar, el agresor no se librará del castigo penal, independientemente de las circunstancias de la agresión.