Luego de la reciente decisión de Donald Trump de trasladar la embajada de EE. UU. (desde Tel Aviv) hacia Jerusalén tras reconocerla como la capital de Israel, el comentarista Ben Shapiro -que hasta el momento ha sido detractor de su presidente- llamó la decisión de Trump “un acto no solo de valentía política sino de coraje moral”.

Ayer, en una entrevista, Shapiro dijo:

“Lo que el presidente Trump está haciendo no es solo un reconocimiento de la realidad, también es un acto de utilidad política, porque todas las negociaciones que han estado sucediendo durante los últimos 20 años, durante la mayor parte de mi vida, todas esas negociaciones han sido preacondicionadas por la estupidez que Israel iba a renunciar a su capital eterna, que es una locura.

Para entender cuán tonto es eso, debes pensar que para Israel, Jerusalén es aproximadamente 1000 veces más importante que Washington, DC es para los Estados Unidos. Los fundadores pusieron a Washington D.C. en un pantano porque solo querían que no fuera parte de ningún estado. La razón por la que Jerusalén está donde está es porque la Biblia dice dónde está, por lo que existe una adhesión religiosa a Jerusalén que no existe para las capitales normales de todo el mundo.

Y para que el presidente Trump reconozca que esto no va a ningún lado, que la libertad de Israel está intrínsecamente relacionada con la libertad de Jerusalén, y que cualquier negociación que vaya a tener lugar tendrá que ser hecha por los mismos israelíes, y los israelíes tendrán que tomar decisiones sobre qué hacer con su capital: es un cambio de terreno y es un reconocimiento de una realidad que es necesaria para lograr una paz real en la región”.

Para quienes no le conozcan, Ben Shapiro es editor en jefe de la plataforma de noticias The Daily Wire. Adicionalmente, tiene siete libros publicados. Escribió su primer libro Lavado de cerebro: cómo las universidades adoctrinan a la juventud de Estados Unidos  a los 17 años, edad en la cual se volvió el columnista sindicalizado más joven de la historia de los EE. UU.

Políticamente es conservador, como tal muchas de sus presentaciones -en defensa de la libertad de expresión- han sido boicoteadas por activistas de izquierda.

Además, Ben es judío ortodoxo y sionista (movimiento político que busca una nación para el pueblo judío en tierras bíblicas), conceptos que no necesariamente son sinónimos. En su caso sí y por ello cuando durante la campaña presidencial Trump declaró que sería neutral frente al conflicto palestino/israelí, y que buscaría un acuerdo entre ambas partes,  Shapiro publicó en YouTube un video titulado “Trump es un mentiroso”.

Aunque sostiene en el video que Trump es un personaje entretenido para observar y que hace bien en cuestionar la corrupción de la prensa, Shapiro criticó la postura aparentemente ecuánime de Trump.

Según reportó el periódico israelí Times of Israel Trump dijo:

“Déjame ser un tipo neutral […] Mucha gente se ha hundido en llamas tratando de llegar a un acuerdo. Entonces no quiero decir de quién es la culpa. No creo que ayude “.

Meses después, en la plataforma The Jewish Press, Shapiro emitió una columna de opinión titulada: “Trump no debería ser una opción para votantes judíos”.

“No debería ser una opción porque no solo no sabe nada de Israel, sus declaraciones sobre el estado judío exudan tanto apatía como arrogancia, una combinación devastadora para un aliado estadounidense que depende del reconocimiento del presidente de su superioridad moral.

Trump no tiene una cosmovisión de política exterior, y no tiene un nivel de conocimiento básico. No se le puede enseñar; él no es maleable Él es, fue y siempre estará motivado principalmente por la autoglorificación, y ve su papel en el Medio Oriente como el de Pacificador”.

En agosto de este año, los cambios en las posturas del ya electo presidente Trump, merecieron una nueva columna de Shapiro, esta vez titulada: “Trump no está siendo impredecible, sino inestable”.

No obstante, esta “inestabilidad” dio lugar a un cambio rotundo en la postura inicial de Trump que no ha sido radical sino gradual.

En su declaración, disponible en la página oficial de la Casa Blanca, el presidente sostiene que Jerusalén es -y debe seguir siendo- un lugar donde tanto judíos, cristianos y musulmanes puedan rezar.

Agrega: “Al hacer estos anuncios, también quiero dejar un punto muy claro: esta decisión no pretende, de ninguna manera, reflejar una desviación de nuestro firme compromiso de facilitar un acuerdo de paz duradero. Queremos un acuerdo que sea un gran negocio para los israelíes y un gran acuerdo para los palestinos. No tomamos posición respecto de ningún problema de estado final, incluidos los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalén o la resolución de las fronteras impugnadas. Esas preguntas dependen de las partes involucradas”.

Con lo cual la hipótesis inicial de Shapiro que Trump pretende ser pacificador, puede no ser lejano. Siendo Jerusalén la capital elegida también por los palestinos, queda ver si en efecto logra el resultado o agrava la tensión existente.

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