El senador del partido de las Farc y exterrorista Carlos Antonio Lozada sorprendió al país cuando reveló hace algunos meses que detrás del homicidio del estadista conservador Álvaro Gómez Hurtado estaba la extinta guerrilla.

Lo que en círculos judiciales y políticos se cree que es una jugada de las Farc para lavarle cara al expresidente Ernesto Samper Pizano, durante muchos años señalado como el determinador del homicidio ha creado una honda polémica.

Lozada confesó sin desparpajo y rubor que él dio la orden de asesinar a Gómez Hurtado, por órdenes de ‘Tirofijo’, valga la redundancia. Explica el senador y exguerrillero que aprovecharon que conocían la rutina de Gómez y lo ultimaron antes de que la Universidad Sergio Arboleda, donde estadista conservador dictaba clases saliera a vacaciones.

Con un cinismo atroz el criminal Carlos Antonio Lozada afirmó que 3 de los 4 sicarios que perpetraron el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, están muertos y que último, el que se presume vivo, se desconoce su paradero.

Toda la opereta está montada para que las Farc asuman la culpa del magnicidio sin explicar con credibilidad las circunstancias de modo, tiempo y lugar, lo cual favorece a Ernesto Samper, todo esto con la complicidad de la ilegítima JEP; pero asumamos que Lozada asesinó a Gómez Hurtado, será que este señor, quien es hoy es senador, ¿merece mantener esa dignidad? Todo parece indicar que a muchos no les causa indignación que un asesino confeso este en el Congreso de la República. De terror.