La democracia en Colombia, se ha convertido en el sustento de una empresa criminal pública, donde quienes se acomodan a las reglas del juego, lo hacen considerando varios cálculos: que no sea evidente; no los delaten; nadie quede insatisfecho y/o los intereses Norte Americanos no hayan sido tocados, casos Fifa y Odebrecht.
La corrupción en nuestro país ha llegado a niveles que jamás se sospecharon. Ya hasta la vergüenza de ser señalado como corrupto se perdió. Hoy se admira al corrupto que ha evadido o no es sospechoso ante la justicia. Hoy los corruptos son los dueños de los contratos en las regiones y por lo tanto son los dueños de la economía regional que depende de la contratación pública.
Casos como el de La Guajira no generan responsabilidades en sus Partidos Políticos. Cambio Radical por ejemplo en ese departamento, dio aval a tres gobernadores en seguidilla, que se cayeron por corruptos y tumbaron un presidente de ese Partido por íntegro. Y nada pasa. El posible candidato de ese Partido es uno de los más opcionados para dirigir el país. Otro candidato el del Polo Democrático, invitó a sindicalistas que se acercaron a pedir su apoyo y dirección, a que se aliaran con corruptos en la Costa, en Córdoba, para que les dieran recursos y contribuyeran a parar el país en 2013 y 2014. La justificación o lavada de manos estaba sustentada en, “aquí todos son corruptos”.
La salud, las gobernaciones, las alcaldías, los sectores de infraestructura, son entregadas a grupos políticos para que a través de los contratos recuperen o activen el aparato económico empresarial que nace en una campaña y asegura su resultado empresarial en una entidad pública.
En un reportaje que le hicieron a Juan Martín Caicedo (presidente de la Cámara de Infraestructura) a principios de febrero,- a raíz del escándalo impulsado por Odebrecht y presionada su investigación en Brasil y todo el continente, por el gobierno Norteamericano-, decía que “76% de la contratación de los departamentos y 96% en los municipios, esta manejada por únicos oferentes”, como ocurrió en el caso de Isagen. Dijo Caicedo en su entrevista “que se están devolviendo favores políticos a través de la contratación en el nivel regional. que se han relajado en exceso las instancias de control regional, que esas entidades se politizaron, se pudrieron y que los políticos de manera indebida, intervienen en la contratación de los departamentos y municipios”.
Trabajo tienen el Procurador y el Fiscal alrededor del tema corrupción en todo el país. Bueno es saber y que nos cuenten a los colombianos contribuyentes, de donde salen los recursos de estas contrataciones u obras. Qué despacho u oficina los origina; a quién se le dan y cómo lo manejan. Son recursos del orden nacional, departamental o municipal? ¿Son de regalías? ¿De asistencia social? ¿Corresponden a cupos indicativos?
Lo expresado y denunciado por Caicedo es claro, contundente y merece un pronunciamiento y muchas investigaciones. No nos sigamos rasgando las vestiduras, sin que algo verdaderamente contundente ocurra. Al país lo estamos preparando a base del relajamiento institucional para un régimen similar a Venezuela. No lloremos luego.
Extraordinario el proyecto planteado por el Procurador en La República y que seguramente muy pronto presentará al Congreso, sobre la “muerte Jurídica (Civil, Comercial y Pública) para corruptos”.
N.B. Por fin estamos protegiendo a la familia del asesinado exdirector de Regalías de Córdoba Jairo Zapa? ¿Asesinado por las mafias de la corrupción en ese Departamento?
Autor: Ruben Darío Lizarralde
Fuente: La República
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