Quitan al león en la entrada de Caracas como ofensiva en contra de todo lo que represente el innegable vínculo con España. (Twitter)

La alcaldesa chavista del Municipio Libertador de Caracas, Erika Farías, cambió la emblemática y antigua estatua de un león, que daba la bienvenida a quienes entraban a la capital venezolana por la autopista desde occidente, por una india, Apacuana.

Según la Alcaldía, esta mujer, que ahora se yergue en la entrada de la principal ciudad de Venezuela, “sacude la historia patriarcal de Occidente, avivando el espíritu de rebeldía de todas nuestras generaciones”.

El león, en cambio, que posaba rígido, brioso, mientras sostenía el «Escudo de Armas de la ciudad», era “más colonial imposible”, como se lee en el texto oficial difundido por la Alcaldía para argumentar su decisión. Erigido en 1984, ya no dará la bienvenida, el felino que representaba a los reyes de Castilla, a Santiago de León de Caracas, como oficialmente se llama la principal ciudad del país.

Porque así actúan los totalitarismos. Prestos a suprimir cualquier vestigio de civilidad y deformar la historia. Van, como los peligrosos representantes de la izquierda chauvinista y acomplejada, destruyendo todo aquello que encarne la innegable atadura de los pueblos americanos a sus orígenes europeos. A la España que le dejó como herencia la civilidad.

“El chavismo persigue todo vestigio de nuestro evidente vínculo con España porque la propia noción de persona con proyecto de responsabilidad individual proviene de raíces judeocristianas. Borra a España y dejas todo servido para el colectivismo totalitario”, escribió al respecto el catedrático de la Universidad Simón Bolívar, Carlos Leáñez.

También, la reconocida escritora, Ana Teresa Torres, dijo: “El cambio de símbolo no es por ignorancia ni desfachatez, es parte de las modificaciones que hacen este tipo de régimen y tiene sentido político. No nos equivoquemos”.

Fue lo que hicieron con los Colón que se alzaban por Caracas o con la Estatua de la Libertad que hermoseaba a Valencia. Fue también la imposición de María Lionza, el indio Guaicaipuro o todo aquello que presuntamente representa lo antiespañol.

Ese buensavajismo que luego derivó en el peligro buenrevolucionarismo. Decadente, retrógrado, demasiado autóctono.

“Esta es una práctica que han tenido los chavistas desde que llegaron al poder, como cuando quitaron la estatua de Colón y comenzaron a querer cambiarle el nombre a las cosas. Me da la impresión de que han vuelto con furor y ganas de dominar psicológicamente a la población y reemplazar los símbolos de la ciudad es una forma”, dijo al medio El Estímulo la presidenta de la Fundación de la Memoria Urbana, Hannia Gómez.

Deformar la historia para dominarla. Para moldearla a su estampa. Totalitarios.

“La remoción de una de las estatuas del león de Caracas y la instalación de una de la cacique Apacuana es más que un detalle: es el símbolo de la ideología anti-Occidente y anti-venezolana, así como de sus inconsistencias e hipocresías”, dijo, al respecto, el profesor y politólogo Guillermo Tell Aveledo.



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