Alfredo Casero trascendió el mundo del espectáculo y abrió con éxito un evento político. (Twitter)

Es el artista que más pone nervioso al kirchnerismo y a la izquierda. Un rival incómodo. Alfredo Casero no entra en prototipo que el populismo describe como “la derecha” o el “neoliberalismo”. Es un actor con trayectoria, que dice lo que piensa y no le debe nada a nadie. Desde el final del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que Casero ya no es noticia exclusiva del mundo del espectáculo. Ahora es también parte del debate político, o como a él le gusta decir, del mundo de las “policies” y no de los “politics”.

Esta mañana abrió el evento aniversario de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en Argentina y habló de todo: la televisión estatal, el régimen de Venezuela, la persecución del kirchnerismo y de la necesidad de la libertad. “Ahora algunos me aman y otros me odian…y está bien”, resaltó.

En las redes sociales, Casero es uno de los blancos predilectos del kirchnerismo. En su exposición de esta mañana, el actor confirmó que luego de averiguaciones supo que los “trolls” virtuales que siguen a la expresidente trabajaban bajo la órbita de Nilda Garré (exministra de Seguridad). “Todas esas cuentas de Twitter en algún lugar tenían conexiones con dependencias del Gobierno venezolano”, indicó. Para el creador de Cha Cha Cha, es indignante que la izquierda latinoamericana calle ante los asesinatos del régimen de Nicolás Maduro.

“Se organizaban en turnos de ocho horas, pero los domingos empezaban a las 6 de la tarde. Por eso, si escribía algo el domingo a la mañana nadie me puteaba. Todo lo manejaba Nilda Garré. Por eso un día le escribí un mensaje para decirle que los trolls no estaban trabajando los domingos a la mañana y que además tenían muchas faltas de ortografía”.

Con relación a la televisión pública, Casero opinó que directamente “no debería existir”. Recordó los años del kirchnerismo y el programa 678 donde un grupo de pseudoperiodistas financiados con impuestos se dedicaba a denigrar a los críticos del Gobierno de entonces. “De mi dijeron que yo no tenía entidad para opinar de política. Entonces les declaré la guerra y utilice una herramienta gratis, como es Twitter”.

En un discurso inusual para alguien del ámbito artístico argentino, Casero reivindicó lo que el dinero genera en las personas: “Es energía, acción”, resaltó. Hacia el final de su presentación, el actor invitó a abandonar “la mentalidad pobre que vende América Latina”.

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