
Por Gian De Biase*
En tan solo unos días Chile ha sido sacudido por una sucesión de noticias una más lamentable, ilegal, amoral e impresentable que la anterior.
Todo partió cuando después de 17 años de gobierno militar encabezado por el general Augusto Pinochet, en los años 80s, tuvo lugar un plebiscito para ratificar o no la continuidad del general, como había sido ya escrito en la nueva Constitución. Esto trajo consigo el inicio de la democracia chilena, la cual se dejó seducir por los discursos populistas de la izquierda, desde la socialdemocracia, pasando por los marxistas socialistas-comunistas para culminar en este gobierno liberal, que se hace llamar de centro-derecha, pero ni es derecha, ni tampoco centro.
Desde que la tiranía socialista de Salvador Allende por el general Pinochet en el año 73, los grupos bolcheviques de la izquierda extrema, pasaron de las guerrillas al terrorismo, pero teniendo el mismo objetivo: tomarse el poder por la violencia (o no) para instaurar una dictadura socialista como la cubana. Estos grupos hasta el día de hoy operan en Chile con la mayor impunidad del mundo, tanto así que Guillermo Teillier que es un comunista entrenado en Cuba, quien asesinó 5 militares en un atentado contra Pinochet y quién sabe cuantos inocentes más habrá matado en su bandera fascista del comunismo, acude actualmente al Congreso como diputado y presidente de la comisión de ética.
Durante el retorno a la democracia, el senador Jaime Guzmán, partícipe del gobierno militar, sufrió un atentado terrorista que le costó su vida. Su asesino, otro marxista trasnochado matando en nombre de la revolución, Palma Salamanca, quien se escapó de la cárcel y apareció en Francia, pidiendo al gobierno francés “asilo político”.
El asesino de Palma Salamanca es quien detonó la indignación de los chilenos, al ser acogida su solicitud de “asilo político” en Francia, cuando es un criminal juzgado en tribunales durante gobiernos de izquierdistas. Esto quiere decir que el peso de Chile como República es de nulidad absoluta para la red de refugiados que opera como una mafia en todo el mundo, asociada con las Naciones Unidas, ese nido de burócratas zurdos que pagamos, sin exagerar, todos los ciudadanos de países occidentales.
A raíz de este incidente, se reveló que el diputado Gabriel Boric se había reunido con el asesino y prófugo de la justicia chilena cuando estuvo visitando el viejo continente, específicamente en Palestina. El diputado Boric además de su antisemitismo y su alianza con cualquiera que odie a los judíos, americanos u Occidente en general, comprometió el honor de la República al reunirse con un asesino confeso y juzgado, por si fuera poco, su actual pareja y también diputada, la señora Maite Orsini, lo acompañó a su reunión con el asesino.
No debería extrañar triste actuación del diputado Boric, puesto es dominio público un video donde este aplaude la labor del Frente “Patriótico” Manuel Rodríguez, el grupo terrorista al que perteneció la comandante Claudia, alias de Michelle Bachelet en su época de bolchevique. Bachelet parece ahora ocultarlo con su falso carisma desde su cómodo asiento en las Naciones Unidas, ignorando la desgracia que padecen Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, todo porque son zurdos, genocidas y ladrones, en pocas palabras, socialistas como la ex presidente.
Por si fuera poco, para conveniencia de la izquierda, en una de las zonas más peligrosas de Chile, donde existen activos focos del terrorismo, los cuales se excusan en una falsa causa indigenista para actuar como la mafia local. Uno de estos delincuentes y terroristas que se hacen llamar mapuches para esconder que realmente es un vulgar hampón, era Camilo Catrillanca, quien en el pasado ya se había tomado una municipalidad por la fuerza, esta vez era perseguido por los carabineros por robarse tres autos.
La izquierda rápidamente inventó que el joven había sido abaleado en su tractor con su hijo, pero los hechos dictan otra versión. Tal vez se montó en el tractor y utilizó a un niño como escudo humano, pero carabineros llegaron hasta esa zona persiguiéndolo a él y su banda. En fin, la izquierda es fiel al principio de mentir hasta que se haga verdad, generaron dentro de tanta incertidumbre y hasta hicieron dudar al presidente Piñera de la veracidad de informe policial.
En cuestión de horas, la izquierda transformó un delincuente en un mártir, como han hecho con el “Che” Guevara, Fidel Castro, Chávez o Lula, por nombrar ladrones y asesinos. Iniciaron protestas violentas por todo el país, ante la petrificación del gobierno liberal, como siempre, temeroso de la izquierda. Cunde la anarquía, la desinformación y la violencia, mientras la mayoría de los chilenos intentan llevar su vida sin sobresaltos, pero bombardeados por Fake News y las ciudades colapsadas por barricadas y marchas.
¿Dónde queda la aplicación de la ley? Cada vez que la izquierda destruye la ciudad, sale a incendiar autos, buses y hasta profesores ¡Sí! Pues los bolcheviques que el Partido Comunista entrena, jóvenes colegiales que caen en garras de esa religión atea, son expertos haciendo molotov y arrojándosela a sus autoridades. La palabra de Carabineros no vale nada para los políticos, y parece que toda la burocracia está tomada por la izquierda, como los medios. Mientras que los tribunales muestran inoperancia y parcialidad por miedo a ser abucheados públicamente por la izquierda ideológica.
Parece que ni ley, ni moral, ni Dios. La impotencia de aplicar la ley genera un establishment político de impotentes e hipócritas, como ocurre dentro de eso que se llama centroderecha liberal, Chile Vamos y su triunvirato. Mientras que, por el lado de la izquierda ideológica, compuesta por la Nueva Mayoría y el Frente Amplio, reina la amoralidad con tal de llegar al poder, la mentira, el engaño y obviamente, el desprecio por cualquier vestigio de virtud, honor, amor, bondad, belleza o cualquiera de los valores que representa la cultura occidental.
Chile está cada día más cerca del Foro de Sao Paulo y lejos de Dios.
*Gian De Biase es politólogo y analista internacional.
No Comment