
Paralelos entre Jair Bolsonaro y Hugo Chávez abundan en la prensa internacional. Sin embargo, en las calles de Brasil la consigna “si usted no quiere un Brasil igual a Venezuela, entonces vote Bolsonaro” era el lema de las marchas de respaldo al ahora presidente electo.
Uno de los lideres de la oposición no trdicional en Venezuela, Julio Jiménez Geder, del movimiento DSD Venezuela (Democracia Sociedad Desarrollo) y que junto con la lider opositora venezolana, María Corina Machado de Vente Venezuela, promovieron el movimiento Soy Venezuela, recomendó a los venezolanos en Brasil a apoyar a Bolsonaro.
A TODOS los venezolanos en Brasil:
Nos obliga la historia apoyar a Bolsonaro a la presidencia de Brasil. https://t.co/o0JXvWSAox— Julio Jiménez Gédler (@Juliococo) October 4, 2018
La situación precaria del país vecino que produjo millones de exiliados fue también fundamental para el rechazo al partido de gobierno, PT. En palabras del propio Bolsonaro, “Brasil dejará de auspiciar al Gobierno tiránico de Venezuela“.
Pues el PT colaboraba con impuestos de los ciudadanos brasileros. Esto provocó que muchos respalden al candidato que carga con un historial de declaraciones polémicas, sino como alternativa al socialismo regional.
Así lo indican muchos de los votantes y también simpatizantes extranjeros. Aunque la mayoría apoya al ahora presidente electo en su conjunto, en particular por su lucha contra el socialismo.
PanAm Post se comunicó con Simón Aliendres León, representante exiliado en Brasil del partido Opina de Venezuela para conocer el fenómeno de cerca.
¿Qué lo llevó al exilio?
Muchas cosas, desde la crisis humanitaria hasta la falta de oportunidades para hacer política, así como los riesgos por la creciente persecución y atropellos a opositores de todas las vertientes y todos los escalones.
¿Influyó la situación en Venezuela sobre el voto (el PT perdió votos por temor a que el socialismo conduzca a lo que pasó en el país vecino)?
Demasiado. No solamente las noticias de la crisis de refugiados en Roraima y los escándalos de Maduro, como su banquete en el restaurante de Salt Bae, sino las historias de dolor e injusticia de tantos cientos de refugiados venezolanos. En la ciudad donde vivo, Curitiba, encuentras tanto venezolanos desesperados y recién llegados a pie que viven en la calle y comen de la basura, como venezolanos adinerados con características propias de boliburgueses. Son tantas las historias de personas que tuvieron que huir por la miseria, la violencia y la persecución, que me imagino que cada votante de Bolsonaro se encontró en algún momento con un venezolano expatriado que lo hizo mantenerse firme pese a las campañas de la izquierda.
Luego de haber vivido los procesos electorales cuestionados de Venezuela, ¿cómo lo vivió en contraste en Brasil?
Aunque no voté, percibí ciertas semejanzas y diferencias. Existían rumores de fraude y juegos sucios por parte de la izquierda, como en Venezuela, pero me percaté que aquí el resultado fue dado muy rápido, a las 7 de la noche ya dieron el primer boletín, y fue muy rápido el proceso de votación, pese a que aquí es un poco mas complejo, en Venezuela seleccionabas en un tablero tu opción favorita, aquí las personas tenían que escribir en la maquina un número, y una vez que esta visualizará la opción, marcabas tu aprobación.
También es necesario destacar que el órgano electoral brasileiro, el TSE, es diferente al venezolano. Este es mas independiente y menos burocrático.
¿En qué difiere lo que se ve en el noticiero con lo que se vive en la calle?
En muchas cosas. Los medios prácticamente alertaban de que se instauraría un 4º Reich en Brasil, y cosas similares o peores. Pero en la calle se veía un panorama totalmente distinto, la gran mayoría de las personas, los que llaman la mayoría silenciosa me imagino, evitaba hablar de política, lo cual me ocasionó cierta incertidumbre, pero imagino que lo hacian por la cordialidad intrínseca del pueblo brasileño, así como para evitar señalamientos por personas con altos grados de histeria anti-Bolsonaro.
A Bolsonaro se le acusó de misógino, homófobo y racista, y como no, de elitista y clasista. No obstante, él ganó por los votos de millones de brasileiros de distintos grupos sociales pero que tienen en común que quieren un país mejor, y lo percibí desde el vendedor de perro calientes de mi cuadra, que votó en Bolsonaro para que él bajara los impuestos, hasta un vigilante de color con el que hablé, el cual soñaba con tener un arma para poder protegerse del hampa en la periferia donde vive.
¿Qué mensaje le daría al latinoamericano promedio sobre lo que se vive en Venezuela y lo que se avecina en Brasil?
Primero que nada, que Bolsonaro no es Chavez. Eso lo diré las veces que sea necesario. Chávez y Bolsonaro están a una distancia de años luz. Bolsonaro es antisistema, Chávez fue la radicalización de un sistema ya de por sí espurio. Bolsonaro es muy parecido a Donald Trump, hombre, blanco, heterosexual y cristiano, solo que es militar; al contrario, Chávez y Maduro son los buenos salvajes y los buenos revolucionarios con los cuales la izquierda venezolana, e internacional siempre soñaron.
Los dos países quedaron en los dos extremos del continente en política pese a ser vecinos. Uno como el ejemplo de lo que no hay que hacer jamás, lamentablemente Venezuela, y el otro en el extremo de como se puede derrotar al socialismo, Brasil.
Los brasileros que no quieran calarse al fascista ultra derecha de Bolsonaro, no se preocupen, el paraíso socialista de Venezuela tiene las fronteras abiertas para uds. Cambiemos un brasilero reprimido por el capitalismo por un venezolano librado por el socialismo y todos felices
— Esteban Hernandez R. (@EstebanDHR) November 17, 2018
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