La caída de la pobreza extrema mundial y el reto de las próximas décadas(D)

El número de personas que viven en situación de pobreza extrema en el mundo ha alcanzado la tasa porcentual más baja de la historia. Es la principal conclusión a la que llega el Banco Mundial con su último informe de actualización de los Objetivos del Milenio. De acuerdo con dicho trabajo, el porcentaje de personas que enfrenta una situación de carestía ha descendido del 11% al 10% entre 2013 y 2015.

En términos absolutos, el descenso de un punto en la tasa mundial de pobreza supone un salto adelante para 68 millones de personas. Gracias a dicho avance, el número de personas que sufre carencias severas ha bajado hasta los 736 millones, lejos de los 1.800 millones que enfrentaban una situación así a comienzos de los años 90.

De hecho, como explicó el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, “en los últimos veinticinco años hemos visto que más de 1.000 millones de personas han logrado salir de la pobreza extrema. Es uno de los mayores logros de la humanidad y nos ayuda a procurar que la pobreza haya sido erradicada en 2030”.

Aproximadamente la mitad de los países del planeta han conseguido que sus tasas de pobreza alcancen niveles testimoniales, por debajo del 3%. Gracias a la consolidación de estos avances, el porcentaje de población empobrecida ha caído a nivel mundial del 36% registrado en 1990 al 10% medido en 2015.

El principal reto en las próximas décadas será la lucha contra la pobreza enquistada. En el África Subsahariana y otras regiones vemos que el crecimiento económico no acaba de coger la suficiente fuerza, de modo que el progreso social termina resintiéndose.

Es vital impulsar reformas liberales que favorezcan la llegada de inversión internacional a estos destinos. También es crucial asegurar que las instituciones de dichos países dejen atrás los episodios de corrupción crónica y aseguren niveles más altos de seguridad jurídica e imperio de la ley.

Aunque el Banco Mundial tardará varios años en certificar sus proyecciones para 2018, los cálculos preliminares de la institución apuntan que la pobreza extrema habrá caído al 8,6% a lo largo del presente año. Esto supone que el número de personas afectadas por la miseria caerá en aproximadamente 100 millones de personas más, un ritmo equivalente a dos millones de pobres menos por semana.

Por regiones, la pobreza es del 2,3% en el Asia Oriental y el Pacífico, mientras que cae al 1,5% en Europa y Asia Central. Para América Latina y el Caribe, la tasa observada por el Banco Mundial es del 4,1%, por debajo del 5% apreciado en Oriente Medio y Norte de África. Los niveles más altos son los del Asia Meridional, que está ahora mismo en el 12,4%, y el África Subsahariana, que registra un 41,1%.

En términos absolutos, hay 413 millones de pobres en el África Subsahariana, 216 en el Asia Meridional, 47 millones en Asia Oriental y el Pacífico, 26 millones en América Latina y el Caribe, 19 millones en Oriente Medio y el Norte de África y 7 millones en Europa y Asia Central.

Las mediciones del Banco Mundial son la fuente más reputada a nivel internacional a la hora de medir la evolución de la pobreza y de otros indicadores socioeconómicos. Pese al sesgo intervencionista de la institución con sede en Estados Unidos, lo cierto es que sus trabajos sobre la evolución de la pobreza confirman el salto adelante que ha experimentado el mundo desde la década de 1990, marcada por el auge de la globalización capitalista, el desplome de la Unión Soviética y el mayor aperturismo de las economías China e India.

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