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Argentina: los desafíos del nuevo acuerdo con el FMI (Archivo)

El 26 de septiembre se dieron a conocer las condiciones del nuevo acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las principales novedades responden a adelantos y ampliaciones.

Es decir, el monto que prestará el FMI al país será mayor al previo acuerdo y además se adelantarán montos que se iban a desembolsar en el futuro. ¿Cuál es la principal razón de realizar estos cambios? Que Argentina pueda garantizar que no entrará en default en el gobierno de Mauricio Macri.

No obstante, el mercado también se encuentra atento a qué podría ocurrir en el 2020, ya que el mundo no se acaba en el 2019 cuando finalice el mandato del presidente Macri.

Comenzando con la ampliación del préstamo, el monto adicional que otorgará el FMI es de USD $7.100 millones. En el acuerdo original se iban a desembolsar USD $50.000 millones y ahora la cifra es de USD $57.100 millones. De esta manera, Macri será el presidente que más dólares recibió del FMI desde 1958, año en que se firmó el primer acuerdo con el Fondo bajo la presidencia de Arturo Frondizi. Debemos recordar, que el FMI ya había desembolsado USD $15.000 millones en junio.

En tres meses, esos dólares se esfumaron en fuga de capitales y caída de reservas intentando combatir la fuga. Todo esto en un contexto donde el dólar pasó de $28 por dólar a $40.

En lo que respecta a los adelantos en los desembolsos, el gobierno de Cambiemos contará con una gran liquidez en lo que le resta de mandato. Según el acuerdo original, el gobierno iba a recibir USD $6.000 millones en lo que resta del año, y ahora recibirá USD $13.400 millones. En cuánto al 2019, en vez de recibir USD $11.400 millones, se obtendrán USD $22.800 millones.  De esta manera, el gobierno de Macri habrá recibido USD $ 51.200 millones en total en su gestión.

En otras palabras, el 90% del monto del acuerdo será capitalizado por la gestión actual y sólo el 10% corresponderá al próximo gobierno (sea Cambiemos o sea otro gobierno). En el acuerdo original, el gobierno de Mauricio Macri iba a recibir el 64% del total del monto. De esta manera, el próximo presiente sólo dispondrá de US$ 5.900 millones para seguir combatiendo el déficit. ¿Existe entonces riesgo de default en el 2020?

Todo dependerá de qué se haga con este dinero. Si los dólares que ingresan se utilizan para cubrir las necesidades de financiamiento y no se reduce el gasto público, indefectiblemente la situación será muy complicada. Por el contrario, si el gobierno se toma en serio el desafío de reducir el déficit fiscal (vía reducción de gasto público y no incremento de impuestos), la historia puede ser otra.

El problema es que hay cada vez menos margen. Recordemos que el déficit cero del que habla el gobierno es el déficit fiscal primario y no el total. La diferencia entre uno y otro son básicamente el pago de intereses de la deuda. Es decir, el déficit cero comprometido con el FMI es el que no tiene en cuenta el pago de intereses. Pero la realidad es que hay que pagarlos y, si bien es un buen primer paso reducir el déficit primario, no se debe descuidar el déficit total. Será condición necesaria cumplir con el déficit primario cero prometido al FMI.

Probablemente cumplir con dicha meta será de buena recepción en los mercados. Sin embargo, los mercados también tienen sus ojos puestos en el 2020. El hecho de que haya financiamiento asegurado hasta que el gobierno de Cambiemos finalice su mandato en el 2019, no es suficiente para tranquilizar totalmente a los mercados.

Argentina aún continúa con sus desequilibrios estructurales heredados y no corregidos. En pocas palabras, en el mejor de los escenarios, a lo que se apunta es a que Argentina pueda volver a financiarse en los mercados internacionales nuevamente y que no dependa del fondo.

Finalmente, y muy importante, también hubo cambios en el Banco Central. El ex-presidente Luis Caputo renunció a su cargo y lo sucedió Guido Sandleris, quien era viceministro de Nicolás Dujovne.

Hay dos puntos clave a destacar de las declaraciones de Sandleris. En primer lugar, el Banco Central ya no utilizará el régimen de metas de inflación que había fracasado en la gestión de Federico Sturznegger producto de la dominancia fiscal. Ahora, se trabajará directamente sobre los agregados monetarios.  ¿Qué significa esto? Simplificando, que el Banco Central regulará la cantidad de dinero que hay en la economía y ya no será su principal instrumento la tasa de interés de referencia.

En este marco, su apuesta es que la base monetaria no crecerá nominalmente hasta junio del 2019. Esto implica una fuerte contracción monetaria. Desde luego que el problema inflacionario en Argentina respondía al exceso de oferta monetaria sobre la demanda de dinero, con lo cual, que la oferta monetaria deje de crecer es buena noticia. Segundo, se fijan bandas cambiarias entre $34 y $44. De esta manera se establecen dos zonas.

La zona de intervención (cuando el tipo de cambio se desvía de estas bandas) y la zona de no intervención (cuando se encuentra dentro de estas bandas). En caso de que el peso se extralimite de esas bandas, el Banco Central podrá subastar hasta USD $ 150 millones diarios para que vuelva a la zona de no intervención; es decir, dentro de las bandas. A su vez, estas bandas irán creciendo diariamente a un ritmo de 3% mensual para evitar riesgos de atraso cambiario.

En conclusión, el FMI le ha dado un gran respaldo al presidente Macri con desembolsos adicionales y adelantando los préstamos. Cambiemos tiene financiamiento asegurado hasta el 2019. También ahora tiene una estrategia más clara para combatir al dólar, siendo esto su preocupación más urgente. Pero que lo urgente no tape lo importante, aún queda mucho por hacer en lo que respecta a la reducción del gasto público y es necesario que se haga si se quieren evitar problemas en el 2020 y los años a venir.

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