El presidente español Sánchez negoció para que cerca de 300 ccompañías españoles posterguen el pago de la deuda de 300 millones de Cuba. (Fotomontaje de PanAm Post)

España acaba de financiar el oxígeno que Cuba necesitaba para mantener con vida su proyecto de gobierno. El primer presidente español en visitar la isla en 32 años, Pedro Sánchez, acabó de negociar la postergación del pago de la deuda de 300 millones de euros que Cuba debía a alrededor de 300 compañías españolas.

Lejos de haber un bloqueo económico, como sostienen los defensores del régimen, a Cuba le ingresan fondos de múltiples países y organizaciones. En principio en forma de préstamos, pero en su mayoría las deudas son perdonadas. Es decir, no se pagan.

Solo en el 2016, incluido intereses, España le condonó a Cuba la deuda de 1.492 millones de euros. Paralelamente a ahorrar ese dinero, España se comprometió a invertir 375 millones de euros para financiar proyectos de desarrollo económico y social con participación de empresas españolas.

Esto fue meses después de un acuerdo pactado (en 2015) con varias asociaciones de países acreedores del Club de París que perdonaron USD $8.5 mil millones de deuda oficial de USD $11,1 mil millones que Cuba había dejado de pagar hasta 1986, más cargos.

Ahora, el 23 de noviembre de 2018, durante el foro de negocios España-Cuba, Alfredo Bonet, director internacional de la Cámara de Comercio de España, declaró que el problema de la deuda puede “resolverse cuanto antes”.

En julio de este año, desde La Habana, Bonet dijo, como organizador del XXII Comité Empresarial hispano-cubano, que “Cuba  es un mercado y un país de futuro, y cuando se integre finalmente en el mercado global las empresas españolas tenemos que estar en primera línea”.

Es decir, busca estimular el mercado actual para cosechar en el futuro.

Cabe resaltar que actualmente la mayoría de los hoteles de lujo que operan en Cuba son cadenas españolas a las que el cubano promedio no tiene acceso.

Por su parte, el Secretario de Estado de Comercio de España, Jaime García-Legaz, también en el XXII Comité Empresarial hispano-cubano, dijo que “el Gobierno cubano está haciendo todo el esfuerzo que está en sus manos por realizar los pagos, aunque la situación macroeconómica tampoco ayuda”.

Lo dijo con respecto al periodo de escasez sufrida por Cuba como resultado de la crisis en Venezuela, principio socio y valedor de la región.

De modo que el gobierno español, en manos del partido socialista, reconoce que Cuba perdió su soporte vital y ahora llegó a darle un respiro.

A su vez, expone el carácter parasitario de dicho sistema económico que cambia de huésped cuando los recursos se agotan.

Con la caída de la Unión Soviética, nace el Foro de Sao Paulo y consigo la organización regional que supo valerse del petróleo venezolano por décadas.

Tras la caída del precio internacional del crudo, se puede evidenciar cómo se desestabilizaron las economías centralizadas de Cuba y Nicaragua, que se volvieron dependientes del petróleo venezolano; cuya industria a su vez se vio desmoronada ante el mismo sistema político y económico que sus apadrinados: el socialismo.

Paralelamente, exhibe cómo el manejo por parte de burócratas en lugar de expertos que velan no por la productividad, sino por la propaganda, pueden lograr que una potencia petrolera como Venezuela termine importando combustible nada menos que de su supuesto peor enemigo: EEUU.

Y gracias a la naturaleza monopólica de estos regímenes, diversas empresas españolas están ávidas de aprovechar tener su tajada. No de manera competitiva, como sucede en un libre mercado, sino en una economía regulada y controlada desde el Estado cubano.



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