En este país la corrupción deambula campante y al parecer, sin quien la quiera perseguir. En este caso nos referiremos al caso del alcalde del municipio de Cota, Cundinamarca, Carlos Julio Moreno, quien desde el 2008 tiene diferentes procesos abiertos en la Fiscalía y que casi 10 años después, siguen sin ser resueltos.
Este político, que fue elegido alcalde de su municipio en unas elecciones atípicas, pues su antecesor había sido destituido semanas atrás por corrupción,  tiene más escándalos que logros en su carrera.
En el 2008, la Fiscalía General de la Nación le abrió dos procesos por diferentes delitos, entre ellos, cohecho y enriquecimiento ilícito, y que al año en curso siguen sin ser resueltos. No sobra aclarar que para el partido conservador, ni estos hechos ni el derroche de dinero en su campaña, fueron impedimento para darle el aval y apoyarlo hasta el final en su intención de llegar a la alcaldía de su municipio.
Y hablamos de derroche en campaña porque en un municipio donde el tope de dinero para esta es de 48 millones de pesos, haber tenido a artistas invitados en tarima de la talla de Giovanni Ayala, J Balvin y Jorge Caledón, y haber repartido trago y comida por toneladas, es un despilfarro que no se ve ni siquiera en una campaña presidencial.

Jorge Celedón por ejemplo, no cobra menos de 55 millones de pesos por presentación, y J Balvin, ni se diga. Para hablar más claro, tiene que estar muy seguro un político de que va a sacarle mucho dinero a su gobierno, para invertir tal cantidad de dinero en una campaña.
El otro escándalo que salpicó esta elección, fue el de presunta trashumancia. Pues para dichas votaciones hubo 8 mil personas inscritas más de las que hubo en las elecciones que se realizaron unos meses antes, en las que ganó el candidato que posteriormente fue destituido por la procuradoría.

De nuevo se pregunta uno, ¿De dónde aparecieron 8 mil personas nuevas aptas para votar en un municipio tan pequeño como este?
Carlos Julio Moreno tampoco ha pasado inadvertido ya después de ser elegido, su rechazo a programas ambientales con los que se busca prevalecer el interés general por encima del particular, ha levantado una ola de rechazo entre sus coterraneos, pues al aparecer, al alcalde solo le preocupa recuperar cuanto antes los miles de millones invertidos en su campaña, y del bienestar del pueblo, poco poco.