Desde que Obregón llegó al ministerio de Trabajo las diferencias se hicieron evidentes, pero una proposición emitida por la Junta Directiva Nacional, en que Robledo tiene las mayorías, generó un enfrentamiento casi irreconciliable.

 

El Polo Democrático es uno de los partidos que apoya con mayor firmeza el proceso de paz con las Farc, contrario a esto, lo que se vive en el partido es una auténtica declaratoria de guerra política entre dos bandos. El primero es el del senador y precandidato a presidencia,

 

El asunto de fondo es la definición de la carta que postulará el Polo Democrático como candidato a la Presidencia de la República, aspiración que ya hizo pública el senador Robledo. Clara López, aunque está en el gobierno Santos también quiere ser candidata, pero en el Polo señalan que había un acuerdo de que ella aspiraba a la alcaldía de Bogotá y Robledo iría por la Presidencia.

 

El caso es que Robledo tiene las mayorías en el Comité Ejecutivo del partido y la semana pasada emitieron una proposición que claramente se le atraviesa a una eventual participación de Clara López en las presidenciales. Señala la proposición, fechada en enero 16, que “quienes aspiren a inscribirse como candidatos a la presidencia (…) lo harán hasta el día 31 de enero de 2017 ente la secretaría general”

Es decir, con esta ‘movida’ si López quiere entrar en el juego electoral, debe presentar su renuncia al cargo de Ministra de Trabajo. Cargo con el cual Robledo señala que ella misma se sacó del Polo, porque las políticas y el ideario de la colectividad son totalmente ajenos al gobierno del presidente Juan Manuel Santos

Clara no está sola. Junto al senador Iván Cepeda han unido a los sectores Polo Social (Clara López) y Vamos por los Derechos (Iván Cepeda) en un fuerte sector que ahora se denomina Polo Paz, en coincidencia con el respaldo que le han dado a la negociación con las Farc, lo que generó el ingreso de Clara López al Gobierno Santos.

 

Este sector rechaza que Robledo, con el respaldo del Moir, esté imponiendo su voluntad aprovechando las mayorías en el Comité Ejecutivo Nacional y reclaman que decisiones tan importantes como como la elección del candidato a la presidencia y el ideario de la colectividad, se tomen ante la máxima instancia que es el Congreso Nacional.

Esta diferencia es tan radical que Robledo ha manifestado públicamente que el Polo no hará política con las Farc, ni con el movimiento que esta guerrilla cree al dejar las armas. Por otro lado, López y Cepeda consideran que es necesaria una gran coalición de izquierda y hasta se ha socializado la posibilidad de formar parte del “gobierno de transición” del que ya están hablando las Farc.

El enfrentamiento se ha convertido en un novelón del que ya nadie sabe cuál bando es el oficial. El Polo Democrático tiene su página web oficial (www.polodemocratico.net) en donde fue publicada la polémica proposición. El contenido de esta página es muy complaciente con las posiciones de Robledo y sus amigos.

Clara, por su parte, creó otra versión digital (www.polodemocratico.info) En esta, por el contrario, la posición editorial es de críticas contundentes al Comité Ejecutivo Nacional y sus decisiones. Esto porque Robledo, al contar con las mayorías, ha impuesto sus puntos de vista.

Pero el lío va más allá, hay quienes ya señalan a Clara López de haber aprovechado su paso por la presidencia del partido para tomar las bases de datos de militantes, simpatizantes y periodistas, quienes hoy reciben información desde estos dos sectores sin tener claro el agarrón que hay detrás. Incluso el exsecretario del partido, Carlos Bula, publicó en su perfil de Facebook, “¿Qué pasó con las bases de datos del Polo? Esto es propiedad del partido y no de personas individuales”.

Nuevamente el Polo está hecho pedazos. Las diferencias entre Robledo y López resultan irreconciliables. El Congreso Nacional no parece estar cerca, pues el actual presidente de partido, concejal Álvaro Argote, está del lado de Robledo y no parece haber disposición de realizarlo. El tiempo pasa y Clara López tendría solo una semana para decidir si se inscribe como candidata.

Las normas señalan que tendría que salir del Gobierno en marzo para no inhabilitarse, pero la situación está tan compleja que resulta probable que presente su nombre sin el aval del partido. Las cosas no están claras, la pelea es compleja y de cara a las presidenciales la izquierda parece estar desperdiciando otra oportunidad. Nuevamente la división es profunda.

 

Elespectador.com