Hasta el momento los representantes de Mauricio Macri están en minoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Esta fragilidad parlamentaria requirió de mucho diálogo para sacar leyes fundamentales al inicio de mandato, pero también sirvió de excusa al Poder Ejecutivo para demorar las reformas fundamentales que Argentina necesita.

Ante los mandatos que se vencen en ambas cámaras este año, lo más seguro es que Cambiemos siga en condición minoritaria tras las elecciones legislativas que se llevarán a cabo el domingo 22 de octubre, pero con un mayor número de legisladores. Sobre todo en el recinto del Senado.

De los 15 senadores con los que hoy cuenta el oficialismo, pone en juego nada más que 3 bancas. Como cada distrito pone en juego 3 senadores (dos por la mayoría y uno por la primera minoría), con salir primero en una sola provincia y segundo en otra, Cambiemos ya no pierde nada. Todo lo demás es ganancia.

A diferencia del macrismo, la expresidente Cristina Fernández de Kirchner sí podría sufrir una merma importante en el número de senadores: hoy el bloque “Frente para la Victoria/PJ” cuenta con 36 bancas, pero pone en juego 15.

Más allá de cuantos legisladores se sumen o resten, en el mundo del peronismo la jornada electoral no es el momento definitivo de la conformación de los bloques, sino que es solo el principio. Una mala elección a nivel nacional del cristinismo más puro puede generar una merma inclusive mayor de senadores electos o en mandato que pueden salir a buscar otros liderazgos dentro del peronismo de cara al 2019.

En diputados la apuesta del gobierno es más complicada, ya que pone en juego casi la mitad del capital político actual: de 86 diputados pone en juego 40.

Del lado del kirchnerismo se juegan 32 de las 72 bancas actuales. El más complicado a la hora de mantener el poderío legislativo es Sergio Massa, que de sus 38 diputados actuales (que le sirvieron para negociar varias veces con el oficialismo) pone en juego 21.

FUENTE: PAN AM