El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva enfrentará este miércoles 24 de enero una batalla judicial que o lo catapultará a la Presidencia o lo sepultará en la cárcel por delitos de corrupción.

El fallo emitido por un tribunal de apelaciones brasileño determinará si Lula puede ser candidato a presidente en octubre en un momento en el que lidera las encuestas de opinión.

El fallo que posiblemente decida el futuro político de Brazil, pues desecharará o confirmará la sentencia de nueve años y medio de reclusión que dictó en julio el juez Sergio Moro. Los delitos que se le imputan son corrupción pasiva y lavado de dinero.

Este es que el panorama político en Brazil. Se encuentra tenso tras la presión social que rodea las calles del país suramericano; los seguidores del expresidente aseguran que defenderán a Lula a costa de lo que sea.

“Para detener a Lula, van a tener que detener a mucha gente, pero más que eso, van a tener que matar gente”, advirtió la presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann, en una entrevista publicada por el medio Poder360.

Mientras esto sucede, grupos de la derecha brasileña también organizan concentraciones para denunciar a Lula.

De acuerdo con Cronista, el operativo de seguridad alrededor del Tribunal, protección para la actuación de los jueces incluirá de 2.000 y 4.000 personas de 23 instituciones federales, estatales y municipales y operativos por tierra y aire.

El exmandatario de 72 años, fue condenado como beneficiario de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá, ofrendado por la constructora OAS a cambio de contratos en la estatal Petrobras.

Si el tribunal ratifica la condena, el icono de la izquierda estará más cerca de la cárcel y de una invalidación de su eventual candidatura. Por un tiempo podrá seguir libre y hacer campaña hasta agotar todos los recursos legales.

En caso de que la corte revocara la condena, Lula no tendría restricción alguna para ser candidato a la Presidencia, aunque existe altas probabilidades de que la Fiscalía Pública emprenda apelaciones ante la Suprema Corte.

Cabe destacar que el exmandatario aún enfrenta acusaciones penales en otros seis casos que por ahora no hacen peligrar tanto su capacidad de presentarse como candidato.

Si el veredicto de este miércoles no es unánime, los abogados de Lula podrían apelar ante un panel de seis miembros de la misma corte y retrasar cuatro o cinco meses el fallo definitivo. Si es unánime, los abogados de Lula podrían pedir una explicación de la sentencia, lo que implicaría el retraso del fallo solo por una semana.

Lula declarado inocente, el inminente presidente

Un artículo de opinión del diario El País escrito por el columnista Juan Arias expresa una posición que se ha convertido en un “secreto a voces” dentro de la política brasileña, pues asegura que para la “derecha” de ese país “sería mejor que Lula fuese absuelto”.

Arias expresa que la derecha envuelta en actos de corrupción vinculados con el caso Lava Jato, preferiría a Lula de presidente:

“Esa derecha, huérfana de candidatos, cuyo sueño es poder apagar el incendio de la Lava Jato para poder sobrevivir tranquila, sabe que Lula, moldeable por temperamento, sería más comprensible en los laberintos y enjuagues de la vieja política que cualquier otro presidente de la izquierda y hasta del centro. Podría parecer una paradoja, pero esa derecha, con miedo a acabar en la cárcel, entre la que figura medio Congreso, no llorará si Lula fuera absuelto este miércoles y pudiera disputar las elecciones.Y mejor aún, si las ganara.”

Pero mientras la muy posible Presidencia de Lula beneficiaría a algunos en Brasil, también podría destruir los avances en materia internacional en relación con la lucha contra la dictadura en Venezuela.

Desde la llegada de Michel Temer al poder en Brasil, el gobierno ha impulsado una campaña contra la violación a derechos humanos en Venezuela, así como decidió emprender una ayuda humanitaria recibiendo a venezolanos desplazados de la crisis.

Brasil tiene un papel fundamental para impulsar la presión internacional sobre el régimen de Maduro, pues por ser una nación vecina se ve directamente afectada por la masiva emigración.

Con el apoyo de Temer, quien también es investigado por actos de corrupción en Brasil, se logró la expulsión de Venezuela del Mercosur, se formó el Grupo de Lima, se respaldaron las acciones de Luis Almagro en la OEA y hasta impidió la compra que quería hacer Venezuela de 23 toneladas de bombas lacrimógenas para reprimir a la población.

Si Lula llega a la Presidencia, el socialismo y Maduro recuperarían un nuevo aliado político e internacional y podría calificarse un retroceso para la lucha por la democracia en Venezuela.

Fuente: es.panampost.com