El presidente de la república Juan Manuel Santos, anunció el pasado jueves que tras la decisión del vicepresidente Germán Vargas Lleras de lanzarse a la presidencia de la república en el 2018, quien lo reemplazará en su actual cargo será el general en retiro Oscar Naranjo.

Si bien el general Naranjo ha tenido una larga carrera en el servicio público y es de toda la confianza del presidente, la ausencia de Vargas Lleras se sentirá con fuerza en el país; pues no ha sido común para los colombianos tener un vicepresidente que trabaje de la forma que lo hace él.
Acción, efectividad, persistencia, rapidez, honradez, desarrollo, eficacia; esas son solo algunas de las palabras con las que se puede calificar la gestión de Vargas Lleras en el gobierno.

Miles de casas gratis entregadas, acueductos, carreteras y un crecimiento en infraestructura sin precedentes en un país donde estábamos acostumbrados a que casos como el de los Nule, donde unos contratistas se quedaran con billones de pesos de nuestros impuestos sin entregar una sola obra terminada, nos condenaban al atraso absoluto y eran noticia todo el tiempo.
El vicepresidente no ha sido solo un funcionario efectivo y eficaz, también ha sido un trabajador incansable como pocos.

Mientras el presidente Santos viaja por el mundo recibiendo premios y distinciones, su segundo al mando trabaja días enteros sin importar los problemas de salud que ha padecido y de los cuales se ha recuperado, o si es vacaciones, o si es día feriado.

Su gestión ha sido impecable a tal punto, que sus contradictores se tienen que pegar de temas personales para poder tratar de destruirlo.
Por toda su gestión en el actual gobierno, Germán Vargas Lleras llega a las elecciones del 2018 como máximo favorito a ganar la contienda, la pregunta es, ¿Será capaz el General Naranjo de terminar la gestión del vicepresidente tan bien como la venía haciendo él?