La tarde de este martes 27 de junio al menos tres funcionarios policiales de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) secuestraron un helicóptero del Estado y sobrevolaron la capital venezolana; lanzaron dos granadas hacia el Tribunal Supremo de Justicia, pidieron libertad y luego huyeron.

El día del periodista en Venezuela se enmarcó en rumores, ansiedad y en la necesidad de creer en un supuesto alzamiento en armas contra el régimen de Nicolás Maduro; pero la verdad es que “el Show del helicóptero” venga de donde venga dejó muy mal parado al Ejecutivo Nacional.

Pocas horas después del “Show del helicóptero”, Nicolás Maduro confirmó la información; admitió un presunto alzamiento de armas, habló una vez más sobre un supuesto golpe de Estado y señaló al Mayor General Miguel Rodríguez Torres de estar involucrado.

Crea suspicacia que Maduro y Ernesto Villegas, ministro de Comunicación, anunciaran dichas acciones con una sonrisa “de oreja a oreja” y en medio de la entrega de premios a periodistas chavistas; peor aún, crea suspicacia que el “Show del helicóptero” se da luego de que Rodríguez Torres amenazara con revelar pruebas que vinculan a altos jerarcas del oficialismo con capos del narcotráfico.

De ahí surge mi primera pregunta: ¿necesitaba Nicolás Maduro una excusa creíble para ordenar la captura del exministro Rodríguez Torres y evitar que suelte prenda?.

Pues horas más tarde surgió una presunta orden de captura contra el exministro luego de que Maduro asegurara que supuestamente Oscar Pérez  (piloto del helicóptero) trabajó con Rodríguez Torres.

Ahora bien, supongamos que fue cierto el “alzamiento en armas” y que de verdad esas dos granadas que lanzó el helicóptero contra el Tribunal Supremo de Justicia supusieron una amenaza contra la seguridad del Estado, si fue así, entonces considero que Nicolás Maduro, la milicia y todo su combo son unos incapaces.

¿A dónde fueron a parar todos esos ejercicios militares ridículos con muchachitos y personas de la tercera edad armadas hasta los tuétanos en contra del Imperio?, ¿a dónde fue a parar el supuesto sistema de defensa antiaéreo más poderoso del mundo?, ¿estaban despiertos los miles de milicianos o colectivos que juraron defender la Revolución a punta de “plomo” de ser necesario? ¿Qué tan incapaz puede ser el régimen como para permitir que tres policías (armados, eso sí) sobrevolaran Caracas y además huyeran?.

Entonces hay que preocuparse, porque si ayer un helicóptero hizo lo que hizo, no quiero imaginar una supuesta “invasión del Imperio mesmo” como diría Chávez.

La verdad es que Nicolás Maduro necesitaba excusas para desviar la atención de toda Venezuela, necesitaba reducir las protestas nocturnas, necesitaba apresar a Rodríguez Torres y necesitaba además ocultar todo lo que estaba sucediendo al mismo momento.

Este martes 27 de junio a Maduro se le ocurrió amenazar una vez más al 80 % de los venezolanos que disienten de su gobierno; dijo que con armas logrará lo que no podrá lograr con votos; una muestra más de la dictadura que rige en Venezuela.

Al mismo tiempo, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ingresaban cajas del Consejo Nacional Electoral (CNE) hacia el Parlamento; esto, mientras civiles armados y militares asediaban a los diputados de oposición y detonaban artefactos en el Palacio Federal Legislativo.

En paralelo, el Tribunal Supremo de Justicia con una sentencia no solo redujo competencias a la Fiscalía General de la República sino que además otorgó nuevos poderes a la Defensoría del Pueblo.

A todas estas, el helicóptero supuestamente aterrizó en una playa del Litoral venezolano y sus tripulantes, como si nada, se subieron a un bote y desaparecieron.

Cabe destacar que tras el supuesto video insurreccional el “gran batallón” que acompaña a Oscar Pérez está conformado por tres maniquíes, un compañero (de carne y hueso) y dos granadas que por cierto, nunca explotaron.

FUENTE: PAN AM