En Argentina el entramado judicial detrás de los conflictos laborales es tan grande que se llegó a denominar “la industria del juicio”.

Las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas enfrentan serios problemas ante cada conflicto con el personal, ya que los costos de los juicios laborales, con la legislación vigente, pueden poner en riesgo la continuidad y el funcionamiento de los establecimientos.

Durante la juramentación del nuevo canciller, Jorge Faurie, el presidente Mauricio Macri se refirió a la “mafia de los juicios laborales” y acusó al diputado kirchnerista, Héctor Recalde, de manejar un grupo de estudios de abogados y jueces laborales de “comportamientos mafiosos”.

En su exposición el presidente argentino manifestó nuevamente su voluntad de “decir la verdad en todo”, y destacó la necesidad de  “alejarnos definitivamente de comportamientos mafiosos” y de “premiar al vivo”.

“Tenemos que enfrentar estas cosas, por ejemplo a la mafia de los juicios laborales que destruye la generación de empleo futuro. Este grupo de estudios laboralistas, por suerte una minoría, con un grupo de jueces laboralistas conducidos por Recalde, le ha hecho mucho daño a la Argentina”, afirmó el Jefe de Estado argentino.

Para Macri este comportamiento es uno de los problemas a la hora de recuperar empleo en el país, ya que cuando alguien evalúa la posibilidad de generar una nueva contratación en el sector privado, la llamada industria del juicio laboral es uno de los factores que terminan poniendo en duda la viabilidad de generar nuevos trabajos, por temor a los conflictos laborales futuros.

“Ese camino nos trajo a una Argentina con 30 % de excluidos del sistema, una Argentina confrontativa y dolorida”, resaltó.

FUENTE: PAN AM