En la última reforma política de Argentina se implementó, bajo el kirchnerismo, el sistema PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). Este esquema generó una elección, previa a la misma elección, donde los partidos tienen la oportunidad de dirimir candidaturas en competencias internas.

Pero como Friedrich Hayek diría, la “fatal arrogancia” de la planificación centralizada no soluciona los problemas “de arriba hacia abajo”. Lo cierto es que en Argentina los partidos políticos rara vez muestran democracia interna y las PASO no hicieron otra cosa que poner en evidencia esta situación (a costa de una fortuna de los contribuyentes).

Durante los casi diez años que estuvieron en vigencia, las PASO mostraron usualmente las mismas boletas en la primera elección que en la definitiva.

En el marco del déficit fiscal agobiante que sufre el gobierno, Mauricio Macri resaltó que el sistema es caro, ineficiente y que hará lo posible para eliminarlo.

“Me da mucha bronca, vivo trabajando para ahorrar y dilapidar 2.500 millones de pesos (casi 150 millones de dólares) en una elección que sólo se hace en Argentina, que se ha demostrado que es inútil, es otra falta de respeto”, advirtió el presidente argentino.

Cambiemos no cuenta con mayoría en los cuerpos legislativos, por lo que, para poder aprobar una reforma derogatoria de las PASO necesitaría el apoyo de algunos sectores de la oposición.

Si bien, luego de octubre, el oficialismo contará con un mayor número de legisladores, estará lejos de conseguir mayoría para implementar reformas.

En la víspera de una nueva elección, el presidente argentino denominó a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias como una “dilapidación de recursos”

“Hace falta tanto para cloacas, agua potable, rutas; así que vamos a a proponer a fin de año derogarlas”, afirmó el presidente argentino.

FUENTE: PAN AM