El líder del régimen venezolano, Nicolás Maduro, aseguró haber estado a punto de lograr un acuerdo con la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD). “En los últimos días estuvimos a punto de llegar a un acuerdo aprobado por todos los partidos políticos de la MUD”, dijo Maduro el pasado sábado 29 de julio, horas antes de llevar a cabo un proceso electoral ilegal oficialista para elegir una Asamblea Nacional Constituyente.
Según Maduro, la “única obsesión” de la oposición “es inscribirse ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para las elecciones regionales a la gobernación de estados, que debían ser celebradas a finales del año pasado; sin embargo, para el mandatario es Estados Unidos quien exige que se continúen las protestas antigubernamentales.
“Ustedes saben qué quieren ellos, yo lo voy a decir, ellos lo que quieren, su única obsesión hoy después de los 110 días de locura es inscribirse ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para las elecciones de gobernadores y gobernadoras, es lo único que quieren”, afirmó el presidente durante un acto proselitista en la capital venezolana.
“En medio de su locura (en referencia a la ola de protestas que se lleva a cabo desde el pasado 1 de abril) estaban sentados con el Gobierno conversando”, continuó.
Asimismo, Maduro amenazó a la oposición con “mostrar todas las pruebas” de las supuestas conversaciones que se han realizado en secreto, si la oposición sigue desvirtuando el diálogo.
Durante el mismo discurso, el mandatario criticó al expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero por haber publicado una nota de prensa “de manera incosulta” en que señalaba al gobierno como el “principal responsable” de la falta de diálogo con la oposición.
“El principal responsable es el gobierno, a él apelo para que la facilite (la negociación) con nuevos gestos, aunque sin la voluntad y la determinación de la oposición nada será posible”, indica el comunicado de Zapatero en el que también pidió “fijar nuevas reglas y garantías para que la Asamblea Constituyente se comprometa de forma inequívoca con el respeto a los principios de la República, a los poderes constitucionales y al sufragio universal como fuente exclusiva de legitimación del poder”.
Por su parte, los dirigentes opositores han manifestado no estar dispuestos a retomar un diálogo, tras evidenciar que esas conversaciones no han arrojado resultados.
“El incumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno, y sobre todo la respuesta soberbia y grosera del régimen a las demandas formuladas en la Carta del Vaticano suscrita por Monseñor Pietro Cardenal Parolin”, fueron el detonante para que la oposición no volviera a sentarse en dicha mesa de diálogo, indicó la coalición opositora MUD, en un comunicado para fijar posición respecto a una posible segunda fase del diálogo.
Incluso el dirigente político venezolano y gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, ha calificado el diálogo como “una burla para los venezonalos” y ha considerado que el balance ha sido “negativo”.
Por su parte, la coordinadora del movimiento opositor Vente Venezuela, María Corina Machado, también ha sido firme en rechazar una posible negociación con el gobierno y menos a espaldas de la sociedad civil. “El diálogo ha terminado siendo un fraude. Vimos el año pasado cuando el régimen nos utilizó para ganar tiempo”, opinó la dirigente.
“Es evidente que cada vez que Maduro siente que tiene el agua al cuello, que está a punto de darse su salida, llama al diálogo. Es una señal, y es claro que ese es su propósito: ganar tiempo con una falsa negociación para, luego, radicalizarse aún más”, añadió la dirigente política.
FUENTE: PAN AM
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