NACIÓN | 2016/02/25 21:11
Mauricio Cárdenas: investigado por partida doble
Este jueves, en cuestión de horas, el ministro de Hacienda recibió dos malas noticias. Mientras la Fiscalía le abría investigación preliminar por la venta de Isagén, la Procuraduría hacía lo propio pero por el escándalo de Reficar.
La investigación de la Fiscalía se desprende de la denuncia de Pablo Bustos, de la Red de Veedurías Ciudadanas. Foto: Archivo particular
Mauricio Cárdenas Santamaría (Medellín, 1962) ha sido un reconocido economista al que lo ha acompañado la buena fortuna. Tenía solo 31 años cuando inició su carrera en el sector público, en 1993. De ser viceministro de Industria y Comercio, pasó a ser ministro de Desarrollo Económico en el Gobierno de César Gaviria. En el de Andrés Pastrana fue ministro de Transporte, director de Planeación Nacional, y desde el 2012 es el ministro de Hacienda del presidente Juan Manuel Santos, después de haber ocupado también la cartera de Minas y energía. Ha desempeñado cuatro carteras con tres presidentes.
Su trayectoria, junto con su vena política y su pertenencia a una influyente dinastía familiar, lo ha ido perfilando como un dirigente de talla presidencial. Por lo menos sus copartidarios, los conservadores, todavía le ponen velas a su fotografía para que en algún momento sea su candidato.
Esa “estrella” que ha rodeado la carrera pública de Cárdenas le ha servido, incluso, para salir incólume de varios escandalos. Entre 1998 y 1999, como ministro de Transporte, tuvo que ponerle el pecho al caso Dragacol. El ministerio a su cargo pagó entonces cerca de 1,2 billones de pesos por la draga ‘Josefina’ cuando dicha maquinaria estaba supuestamente embargada, pero en realidad estaba siendo operada para realizar otro contrato en Cartagena de Indias.
Su operadora, la firma Dragacol, no cumplió con los contratos para la ejecución de dragados en el canal de acceso al puerto de Barranquilla, al río Magdalena y al canal de acceso del puerto de Buenaventura. El episodio desató uno de los mayores escándalos en el país. Cárdenas fue investigado, también exonerado.
Tras el gobierno Pastrana, Cárdenas fue director de Fedesarrollo (2003-2008), miembro de la junta directiva de Ecopetrol y presidente de Asociación de Economía de América Latina y el Caribe (2008-2009). Su regreso al Gobierno fue de la mano del presidente Santos, primero como ministro de Minas, en el 2011, y luego en la cartera de Hacienda, en la que está inamovible desde el 2012.
Cárdenas ha aumentado su perfil político gracias al poder que da el manejo de la chequera del presupuesto público. Los congresistas no paran de buscar una cita en su despacho, para conseguir apoyo financiero para proyectos en sus regiones, y todos los demás ministerios necesitan su visto bueno para desarrollar sus planes. Su relevancia ha sido tal que hasta el propio presidente Santos lo nombró temporalmente ministro de Presidencia cuando renunció Néstor Humberto Martínez, por encima de otros ministros.
Pero Cárdenas, también, ha tenido que pagar un costo político por el asumir responsabilidades propias del ministerio de Hacienda: decir que no, cuando no hay plata; liderar recortes de gastos y proponer más impuestos. Con la caída en los precios del petróleo, la devaluación, y la tarjeta amarilla que le acaba de sacar la calificadora Santadard y Poor´s, los vientos de la suerte que soplaron con fuerza a favor del minhacienda en 2015, cambiaron de rumbo a comienzos del 2016.
Pese a ello, Cárdenas conserva el reconocimiento de sectores académicos y especializados por la solvencia de sus conocimientos. Un escollera, Rudolf Holmes, lo calificó una vez como “el mejor macroeconomista del país”. Este año fue elegido por la revista ‘América Economía Inteligente’, como el mejor ministro de Finanzas de América Latina de 2015. La publicación destacó que el ministro colombiano cerró el año pasado con otras distinciones tan importantes como presidente de asambleas de 2016 del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y el mejor ministro en su campo por ‘Euromoney’.
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