Una escena repetida de los fenómenos sociales que ocurren bajo los gobiernos autoritarios es el éxodo de las personas que pueden tener posibilidades de emigrar. Estas situaciones no resultan del todo negativas para los déspotas de turno, que si bien saben que fronteras afuera tendrán a grandes críticos de lo que ocurre en el país, por otro lado logran sacarse de encima a una masa opositora que cuestionará los abusos de poder domésticos.

Argentina es en la región uno de los destinos más elegidos para los venezolanos que escapan del despotismo chavista junto a Colombia y Panamá. Según publicó el portal Infobae, desde 2008 iniciaron los trámites de radicación de 38.540 venezolanos, que de a poco se adaptan a la vida diaria del país.

De la mano del incremento de la crisis y la violencia aumentó el número de venezolanos que llegaron al país: entre 2014 y 2016 prácticamente se quintuplicaron las solicitudes de ingreso que pasaron de 2.636 a 12.859. En lo que va corrido del año, en los registros que van de enero a marzo, ya se iniciaron 8.333 nuevos trámites.

La diputada macrista, Cornelia Schmidt Liermann, de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, pronosticó que para finales de 2017 es posible que lleguen 30.000 nuevos venezolanos a la Argentina, cifra que continuaría incrementando considerablemente la tendencia.

La relación cotidiana entre los venezolanos y los argentinos es buena, según comentaron varios recién llegados al país al portal que realizó la investigación. Ellos coinciden que existen similitudes en lo cultural que favorecen la asimilación y que no han sufrido ningún tipo de hostilidad o discriminación. Cabe destacar que hacia finales de los setenta, Venezuela fue uno de los países que más generosos se mostró a la hora de recibir a los exiliados políticos de Argentina en momentos de su último gobierno militar.

Según Vicenzo Pensa, titular de la Asociación de Venezolanos en Argentina, su país enfrenta lamentablemente “el mayor éxodo de la historia”.

FUENTE: PAN AM