La situación de los presuntos “ataques sónicos” a estadounidenses en Cuba no ha dejado de empeorar, pues aumentan las personas afectadas y aún se desconoce el origen real de los mismos.
Diecinueve turistas norteamericanos reportaron haber sentido los síntomas de los ataques mientras se encontraban en la Isla.
De acuerdo con el Miami Herald, el Departamento de Estado fue contactado por casi dos decenas de ciudadanos que al parecer sufrieron síntomas similares y que no formaron parte del cuerpo diplomático.
“Desde el 29 de septiembre, el Departamento de Estado fue contactado por 19 ciudadanos estadounidenses que informaron haber experimentado síntomas similares a los enumerados en la advertencia de viaje después de visitar Cuba”, dijo un portavoz de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado al Miami Herald en una correo electrónico.
Ya el Gobierno de Estados Unidos había emitido una advertencia aconsejando a no viajar a la Isla para evitar que más estadounidenses fueran víctimas de “ataques” como los sufridos por diplmáticos de EE. UU. y sus familiares.
Lo sorprendente es que hasta el momento se desconoce la causa real de estos supuestos “ataques sónicos”. En principio tanto EE. UU. como Canadá responsabilizaban a Cuba por no evitarlos, pero con el pasar del tiempo ha surgido la hipótesis de que se trate de un extraño virus.
El senador republicano Jeff Flake, que promueve el acercamiento bilateral con Cuba, aseveró que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, del inglés Federal Bureau of Investigation) le dijo al Gobierno de Cuba que no ha conseguido pruebas de que los síntomas sufridos por los funcionarios estadounidenses, hayan sido consecuencia de algún arma desconocida.
Por su parte, el secretario de Estado, Rex Tillerson, ha declarado que los diplomáticos norteamericanos no regresarán a Cuba hasta que no haya garantías de que no corren peligro, también ha afirmado que no sabe qué o quién puede haber ocasionado los síntomas que se reportan.
Ante esto, el Gobierno de Cuba niega que los ataques hayan ocurrido y en consecuencia niegan cualquier responsabilidad.
Hasta ahora se habían registrado cinco casos de diplomáticos canadienses y 24 de funcionarios estadounidenses que se vieron afectados por los presuntos ataques acústicos, los cuales generaron problemas visuales y auditivos, pérdida de memoria, dolores de cabeza, entre otros síntomas.
Estados Unidos acusa a Cuba de ocultar información sobre “ataques acústicos”
El pasado martes 9 de enero, el gobierno estadounidense afirmó que Cuba tiene las respuestas de los misteriosos ataques a diplomáticos y que las ha mantenido ocultas.
“El Gobierno de Cuba tiene la respuesta a esto y deberían estar haciendo más para ayudarnos a resolverlo. El Gobierno de Cubasabe lo que pasó, así que nos gustaría que nos lo contara y que no volviera a ocurrir”, dijo el subsecretario de Estado para Diplomacia Pública y Asuntos Públicos, Steve Goldstein.
Goldstein explicó que la investigación se ha mantenido porque “no hay duda” de que hubo algún tipo de ataque, pero admitió que aún no se tiene certeza de la causa de los síntomas ni de quién está detrás de los presuntos ataques.
Todo un misterio
La agencia de noticias The Associated Press (AP) tuvo acceso a informes que indican que al menos algunos de los incidentes, ataques o síntomas, estaban limitados a espacios específicos; algunas veces dentro de una sola habitación.
Funcionarios estadounidenses aseguran que hubo “precisión laser”, y agregan que los hechos “contradicen a la física”.
Inicialmente, las sospechas se centraron en los cubanos y en un arma sónica. Sin embargo los diagnósticos de daño cerebral leve han provocado confusión en el FBI, el Departamento de Estado y las agencias de inteligencia estadounidenses involucradas en la investigación.
De acuerdo con varios funcionarios, algunas de las víctimas ahora tienen problemas para concentrarse o recordar palabras específicas.
Uno de los incidentes ocurrió en uno de los pisos superiores del recién remodelado Hotel Capri, una torre de concreto de 60 años de antigüedad a unos pasos del emblemático Malecón de La Habana.
En varios episodios relatados por los funcionarios estadounidenses, las víctimas sabían lo que sucedía en ese momento, y había indicios sólidos de un ataque sónico.
Algunos sintieron vibraciones, y escucharon ruidos —fuertes zumbidos o un agudo sonido similar al de los grillos o cigarras—. Otros escucharon un sonido como de molino. Algunas de las víctimas despertaron con un zumbido en los oídos y se apresuraron a buscar el despertador, solo para darse cuenta que el ruido desaparecía una vez que se alejaban de la cama.
Los ataques parecían ocurrir por las noches. Varias víctimas reportaron que se presentaban en lapsos de hasta un minuto. Sin embargo, otros no escucharon o sintieron nada, pero sí presentaron síntomas.
Especialistas aseguran que es posible emitir rayos sónicos hacia un objetivo y una localización en específico, pero las leyes de la acústica dejan entrever que un dispositivo así posiblemente sería demasiado grande y difícil de ocultar.
Las autoridades señalan que no está claro si los efectos del dispositivo fueron concentrados en un lugar por diseño o debido a algún otro factor técnico.
Investigadores del FBI inspeccionaron habitaciones en busca de dispositivos, pero no encontraron nada de acuerdo con varios funcionarios con conocimiento de la pesquisa.
Fuente: es.panampost.com
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