El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) atraviesa uno de sus momentos más álgidos, ya que hay una permanente incertidumbre en cuanto a la permanencia de Estados Unidos y México. El primero por considerar que el acuerdo mencionado perjudica los puestos de trabajo para los estadounidenses, y el segundo porque cree que no habría un acuerdo justo para sus intereses.

Ante esta situación, el Gobierno de México se encuentra trabajando en un “plan B” que consiste en una respuesta macroeconómica en caso de que Estados Unidos abandonara el TLCAN, según indicó este lunes el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso.

Lo anterior fue revelado a unos días de que equipos delegados por cada uno de los países miembros de inicio a la quinta ronda de renegociaciones. Esta respuesta está siendo trabajada en conjunto por la secretaría de Hacienda de México y por el Banco Central del mismo país. Sin embargo, el Gobierno liderado por Enrique Peña Nieto espera que dentro de poco se pueda llegar a un buen acuerdo.

Según indicó el funcionario mexicano, su país se encuentra diversificando los mercados comerciales y, a la vez, protegiendo la inversión extranjera que ya se encuentra establecida en ese país para que su economía no sufra el impacto de una posible disolución del TLCAN.

Y agregó: “Tenemos que estar preparados para todos los escenarios y uno de los escenarios es que Estados Unidos salga del tratado y como hemos dicho no es el fin del mundo, la economía mexicana es mucho más grande que el TLCAN”.

Consecuencias que sufriría la economía mexicana por desintegración del TLCAN

El Gobierno de México ha reiterado en diferentes ocasiones que una posible disolución del TLCAN no sería “el fin del mundo”, no obstante, organizaciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), han advertido que el crecimiento económico del país azteca se encuentra en riesgo ante la incertidumbre que este tratado ha causado.

Según el FMI que Estados Unidos imponga aranceles a las importaciones afectaría el crecimiento de México y frenaría las entradas de capital, por lo que el organismo económico sugirió que dentro de las posibles respuestas que el país azteca podría adoptar considere “las intervenciones temporales de divisas y la provisión de liquidez podrían ayudar a suavizar la extrema volatilidad” del su moneda.

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