La agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P) mejoró este martes de Negativa a Estable la calificación soberana de largo plazo de México e indicó que con ello hay menos riesgo de que el nivel de deuda directa de la administración de Enrique Peña Nieto empeore de forma importante en los siguientes dos años.
En un comunicado, S&P indicó: “Consideramos que la rápida reacción de las autoridades gubernamentales mexicanas a los recientes shocks negativos, como la depreciación de la moneda a finales del 2016, disminuirá el reciente ritmo acelerado de acumulación de deuda y ayudará a estabilizar el nivel de deuda del gobierno”.
La perspectiva de Estable dada a México indica que la expectativa de la continuidad de las políticas económicas en los próximos 24 meses, a pesar de que en junio de 2018 se desarrollarán elecciones presidenciales en el país azteca, se espera que haya una política fiscal que contenga el endeudamiento del gobierno federal.
“El próximo cambio en el liderazgo político podría derivar en diferentes prioridades del gasto; no obstante, esperamos que persistan los moderados déficits fiscales. La independencia legal del banco central y el respaldo público para la institución deberían traducirse en la continuidad de una política monetaria prudente”, indica S&P.
La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no se quedó por fuera de este evaluación por lo que la calificadora indicó que esperan que el nuevo acuerdo comercial “mantenga en gran medida los vínculos entre los tres países y que apuntale la economía de la región” y proyecta que las negociaciones puedan extenderse hasta el 2018.
En caso de que durante la renegociación haya una “alteración inesperada en los vínculos comerciales y de inversión entre México, Estados Unidos y Canadá, o un cambio negativo inesperado en las políticas fiscales o en otras políticas económicas tras las elecciones del próximo año podrían afectar las expectativas de crecimiento del PIB del país”.
En cuanto al PIB, S&P considera que su crecimiento se ubicará por debajo del 2 % e incremente entre 2 y 3 % en los siguientes 24 meses, mientras que la inflación podría alcanzar su nivel máximo en 2017 llegando a los límites del objetivo del Banco Central de México (Banxico), de 3% +/- 1 punto a mediados del 2018.
“A pesar de tener un marco de políticas que ha contribuido a la estabilidad macroeconómica por más de 20 años, el bajo crecimiento económico ha contribuido a mejoras solamente modestas en la calidad de vida. El constante bajo crecimiento del PIB seguirá siendo un desafío fiscal conforme se busca estabilizar su nivel de deuda. El impacto de las reformas previas en los sectores de telecomunicaciones, así como en electricidad y petróleo y gas deberían mantener la inversión privada y contribuir a bajar los costos para los insumos clave”, indica S&P.
Vanessa Rubio, subsecretaria de Hacienda y Crédito Público, indicó que “este cambio de perspectiva es consistente con el buen funcionamiento de la economía mexicana y es un reconocimiento a las instituciones que han implementado las medidas económicas necesarias para lograr los objetivos de consolidación fiscal”.
FUENTE: PAN AM
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