Alfredo Deluque es un congresista oriundo de la costa norte colombiana dueño de un importante caudal electoral, especialmente en el departamento de la Guajira. Su influencia en toda la región y en la presidencia de la República es tal, que cuando los entes de control han suspendido o destituido alcaldes y gobernadores por diferentes motivos, es él quien termina decidiendo quien los reemplaza, con el aval claro está, del presidente de la republica.
Esa es la última perla del corrupto congresista guajiro, pues justo cuando el gobierno nacional se disponía a realizar el trámite legal para nombrar un gobernador en propiedad para este departamento, el presidente Santos gracias a la intervención de Deluque, decidió echarse para atrás violando la Constitución, y mantener en este cargo a Weidler Guerra, quien además ya cuenta con varios escándalos por corrupción a sus espaldas.
Pero la historia de Deluque no termina ahí. Este hombre, hijo del destituido exgobernador de la Guajira, Hernando Deluque, también fue quien durante años manejó a su antojo el Instituto de Bienestar Familiar en su depsrtamento, y por consiguiente responsable directo de la muerte de miles de niños por desnutrición en toda la región. Ademas, son de conocimiento público sus alianzas con miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia y de su estrecha relación en el pasado con el reconocido excontrabandista y narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias «el hombre Malboro», con quien incluso fundó y lideró durante años un movimiento político llamado «Nueva Fuerza Guajira».
Así entonces se demuestra como el corrupto congresista, a pesar de su estrecha relación con algunos de los peores criminales de este país y de ser el responsable directo de la muerte por desnutrición de miles de niños en la Guajira, sigue mandando en este departamento y al parecer también, en la presidencia de la república.